La queja y las molestias parecen recurrentes, cada año estudiantes, trabajadores, cronobiólogos y otros especialistas refieren que el cambio de horario provoca trastornos, la mayoría leves, en una parte de la población. Cada año, también, funcionarios del gobierno federal informan del gran ahorro de energía que se obtendrá con esta medida y apoyan la continuidad del cambio de horario.

Este domingo miles, tal vez millones de mexicanos amanecieron somnolientos, de mal humor y resignados a pasar hasta dos semanas con ciertas molestias, hasta que su organismo se adapte al cambio artificial de actividades, ya que dejarán de guiarse por la natural alternancia de luz-oscuridad, para regirse por las disposiciones oficiales que decretan cuándo amanece y cuándo anochece.

 

Un síndrome cíclico

Desde principios de este siglo, investigadores de padecimientos psiquiátricos y del ritmo circadiano han considerado un nuevo síndrome relacionado con el cambio de horario, al que le llaman Síndrome del ocaso. En mayo de 2001 un grupo de investigadores encabezados por Ladislav Volicer, de la Universidad del Sur de Florida, publicaron en la revista The American Journal of Psychiatry el trabajo Sundowning and Circadian Rhythms in Alzheimer’s Disease (El ocaso y los ritmos circadianos en la enfermedad de Alzheimer), en el que definen el síndrome del ocaso como “la aparición o exacerbación de perturbaciones en la conducta, relacionadas con el atardecer y el crepúsculo”, como agitación, confusión, ansiedad e irritabilidad.

Ladislav Volicer y colaboradores refirieron en su trabajo que estudiaron los ritmos circadianos, la temperatura corporal y la actividad motriz de 25 pacientes con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, de entre 60 y 88 años de edad, y con once años de evolución de la enfermedad, en promedio; compararon sus datos con los de nueve voluntarios sanos de entre 67 y 83 años.

Los resultados indican que en pacientes con Alzheimer se encuentran alteraciones en el ritmo circadiano, la temperatura corporal y la actividad motriz. “Esas alteraciones en el ritmo circadiano pueden ser responsables de los síntomas conductuales que presentan durante el ocaso, pero también es posible que esta parte del día induzca las alteraciones en el ritmo circadiano”, refieren los autores en su trabajo.

Pero no únicamente las personas con Alzheimer sufren esos cambios, también las personas mayores con otro tipo de demencia e incluso gente sana, sólo que varía el grado de sintomatología. Sin embargo, otros investigadores consideran que esos cambios en individuos sanos se deben a factores ambientales, como el deseo de volver a casa al atardecer o el cambio de turno.

Lo cierto es que el horario de verano en Europa ya ha sido objeto de cuestionamientos, y no solamente de opositores a los gobiernos de la Unión Europea, sino también por los propios legisladores que ven con escepticismo las bondades y ventajas de esta medida.

 

Las leyes sí se discuten

Los integrantes del Parlamento Europeo aprobaron el pasado 8 de febrero una resolución para revisar la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo del 19 de enero de 2001, relativa a las disposiciones sobre la hora de verano.

Esta resolución, que se aprobó con 384 votos a favor, 153 en contra y 12 abstenciones, “pide a la Comisión que realice una evaluación exhaustiva de la directiva que regula el cambio de horario y, en caso necesario, presente una propuesta para su revisión”, se lee en un comunicado del Parlamento Europeo.

Entre sus considerandos plantea “que ninguno de los múltiples estudios existentes, incluido el estudio del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo de octubre de 2017 sobre las disposiciones de la Unión sobre la hora de verano contempladas en la Directiva 2000/84/CE, ha aportado pruebas de que el cambio de hora bianual tenga efectos positivos sino que, al contrario, apuntan a la existencia de repercusiones negativas sobre la salud humana, la agricultura y la seguridad vial”.

Específicamente, se indica que en los días posteriores al cambio de horario se registran más accidentes de tránsito, más alteraciones del ritmo circadiano e incluso que el ahorro de energía es de 0.5 por ciento a 2.5 por ciento, dependiendo de la ubicación geográfica de las naciones de la Unión Europea.

En tanto en Europa se preparan para analizar y discutir seriamente leyes que en su momento se consideraron benéficas, como el cambio de horario, aquí en México parece que vivimos en un Estado autoritario, pues el candidato del PRI asume que las leyes no se discuten, cuando esa es precisamente una de las bases de la democracia: la discusión y la búsqueda de consensos políticos y jurídicos.

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f/René Anaya Periodista Científico