Un fenómeno que estará presente en los próximos comicios del 1 de julio y que impactará de manera notable en las preferencias electorales son las llamadas fake news o noticias falsas. “La distorsión informativa que pone en riesgo la calidad y la veracidad que debe prevalecer en el debate público de cualquier modelo democrático”.

Rubén Darío Vázquez, experto en redes sociales, asegura que “el impacto que pueden tener estas fake news es altísimo, porque en estas elecciones votarán por primera vez en una elección presidencial aproximadamente 15 millones de jóvenes que están entre los 18 y los 24 años de edad, un mercado electoral gigantesco que, en su conjunto, representa el 17% de la lista nominal”.

“Si a ese grupo se le suma el siguiente segmento, de los chicos que tienen entre 25 y 30 años, estamos hablando de poco más del 29% de la lista nominal. Un universo de alrededor de 26 millones de votantes jóvenes que participarán”, indica.

El profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón y de la Universidad Iberoamericana explica que “todos estos votantes se informan, se enteran de los acontecimientos a través de los medios digitales y de las redes sociales. Ellos construyen su opinión a partir de lo que ven, leen, escuchan, comparten, en sus plataformas digitales, en las redes sociales”.

Por tanto, agrega, “el hecho de que circulen noticias falsas respecto de los candidatos, los partidos políticos, las instituciones crea un clima de incertidumbre, porque cambiar la opinión pública digital o llevar a discutir algún tema, ponerlo en la agenda de la opinión pública digital a través de las noticias falsas es relativamente sencillo”.

Advierte que “esto de manera determinante puede afectar la forma en que los votantes más jóvenes ven a un candidato, a un partido, a una institución, porque se tergiversa la realidad. Se dice que en 2017 la palabra del año fue la post-truth o posverdad —mentira emotiva— esta condición tan humana de creer en lo que nos gusta creer y no necesariamente en los hechos, en la verdad”.

Rubén Darío Vázquez.

El maestro en comunicación y estudios de Internet recuerda cuando a principios de 2017 —por el gasolinazo— se instó a los saqueos de los centros comerciales —principalmente Walmart— empezaron a circular audios, fotografías, incluso hasta en medios de comunicación con cierto prestigio en donde se hablaba de que por todos lados estaban saqueando los centros comerciales. Llegaban noticias y alertas a través de las redes sociales donde escribían todo clase de comentarios”.

Este es un ejemplo, “aunque hay muchísimo de la posverdad, se cree en algo por encima de los hechos y es una condición que se explota muchísimo en las noticias falsas. Otro ejemplo, es la fotografía que circuló en redes en donde se veía, supuestamente, al hijo de Andrés Manuel López Obrador subir a un Lamborghini Aventador, un auto super exclusivísimo y carísimo, vale 10 millones de dólares”, expone el académico.

“Esto lo único que hace es crear un clima de incertidumbre, en donde se pasa de estos bulos, noticias falsas, a un clima de violencia política donde se ataca a los candidatos, a las personas que están opinando algo en contra de algún candidato o a favor de algún candidato.  Incluso de hasta cierto recelo a opinar de política en las redes porque puede ser hasta violento en ese sentido” expresa el experto en la Internet.

 

Entre la verdad y la mentira

El profesor Darío Vázquez explica que “el término fake news lo inventó el presidente Donald Trump, porque cuando él hablaba de las fake news en realidad se refería a las noticas que no le gustaban, a las noticias falsas que él decía que eran falsas porque no le gustaban”.

“Fue así como las fake news se hicieron parte del argot del mundo digital. Es un término que se utiliza para todos los rumores o noticas sin comprobar que circulen a través de Internet y, sobre todo, de las redes sociales, que  tienen la intención de dañar la imagen de alguna persona en particular”.

Destaca que en las fake news hay un asunto muy importante que es la corresponsabilidad de los usuarios con las plataformas de comunicación. “Para que una noticia falsa circule hace falta que una persona la comparta. Desde hace muchos años los mexicanos tenemos cierto resentimiento contra los medios de comunicación, porque sentimos que no son totalmente libres, que no dicen la verdad, que están vendidos, que no tiene credibilidad”.

Consumidores responsables

El maestro Darío Vázquez señala que “lo que sucede es que cuando llegan estas noticias falsas que regularmente tienen títulos muy escandalosos, muy llamativos, que incitan a la curiosidad, al morbo, los usuarios somos quienes las compartimos. Una de las primeras reglas para evitarla es no compartir la información que viene de fuentes dudosas, recae sobre nosotros los usuarios la responsabilidad. Si no quiero que haya noticias falsas, pues no las comparto”.

Aquí, explica, son varios los puntos: hay que desconfiar de noticias que salgan de la norma, cuando sean escandalosas, revisar revisar los enlaces y verificar el sitio en el que se lee la información, que sea real. Ver quién lo hace, que otras noticias tiene, quienes lo dirigen, hay que revisar que la información que leemos y que nos parece escandalosa tenga una fuente confiable.

“Es importante también verificar que la información esté replicada en otros medios, es muy importante y casi nunca se hace, ir a las fuentes oficiales. Es importante acostumbrarse a verificar y revisar las fuentes oficiales para no caer en el juego de las noticias falsas”.

El experto en redes está consciente de que “todo esto es muy complicado, porque parte del sentido común y éste sinceramente es lo menos común que tenemos. Nos dejamos llevar por nuestras pasiones, convicciones, y como decía, queremos creer en lo que queremos creer antes que en la verdad, por eso las fake news funcionan tanto”.

“No existe un sitio malicioso por sí mismo que quiera engañarnos, no, la realidad es que hay una gran responsabilidad de nosotros. Es cierto que hay sitios que lo hacen, que hay estrategias de comunicación digital orientadas, valga la expresión, a desorientar, pero también nada de esto funcionaría si fueramos consumidores mucho más responsables de los contenidos que hay en la Internet”, asegura.

El escándalo Cambridge Analytica

Con Cambridge Analytica pasó algo muy interesante, porque lo que hizo es lo mismos que hacen todas las aplicaciones, todas las base de datos digitales que hay en las  redes sociales. No hizo absolutamente nada que fuera ilegal, no está regulado, pero no es ilegal, afirma Rubén Darío Vázquez.

“Lo que pasó fue que todo mundo se le fue encima, por su papel durante las elecciones en Estados Unidos, y su ayuda para que se colocara en la presidencia a Donald Trump, uno de los personajes más odiados del mundo, por eso está siendo tan cuestionada” esta compañía que filtró contenido electoral a Facebook.

“El escándalo es porque se utilizó para llevar a un candidato presidencial que nadie quiere, qué hubiera pasado si hubiera sido Barack Obama o Hillary Clinton quizá no hubiera sido tanto el escándalo, es más quizá ni siquiera hubiera un escándalo”, asegura.

El académico asegura que “todas las personas que trabajan en digital entienden que es normal lo que hizo Cambridge Analytica, no estoy diciendo que sea correcto, sino que es normal. Con esto me refiero, a que todos los usuarios proporcionamos nuestros datos en Internet, además, es común también que cuando  bajamos una aplicación  o jugamos con algún juego o lo que sea, regularmente aparece un contrato en donde para utilizar la aplicación tienes que aceptar las condiciones de este contrato”.

“Son tan largas —dice—  que jamás nos detenemos a leerlas y simplemente aceptamos y asunto arreglado. Empezamos a jugar, a tomar fotografías, a utilizar la aplicación, pero no nos damos cuenta que le  deje a la aplicación utilizar todos mis datos como ella quiera”.

El experto en redes explica que hay “una tendencia en publicidad digital, algo llamado compra programática, es una forma de hacer publicidad digital que utiliza nuestros datos, nuestros hábitos de navegación para crear pautas publicitarias, personalizadas para cada uno de nosotros en tiempo real. Entró en un sitio x y aparecen ciertas ofertas de acuerdo a lo que estuve viendo a lo largo de los días. De esta manera se crean estas pautas publicitarias, la compra programática es muy común en marketing digital”.