En el marco de los festejos conmemorativos con motivo del Día Internacional de la Mujer, vale la pena comentar que dos cosas quedaron muy en claro durante la realización de la Cumbre Mujeres por el Clima, que recientemente organizó el Grupo Liderazgo Climático C40, realizado en la Ciudad de México. Primera, que ya es imposible dejar el tema ambiental rezagado y en la lista de pendientes en las políticas públicas de los países emergentes. Es momento, como hemos mencionado en entregas anteriores, de que todas las naciones inmiscuidas en el Acuerdo de París, como México, asuman con mayor contundencia la toma de decisiones para combatir las causas que propician de forma creciente el cambio climático mundial.

Segunda, que el sector femenino debe tener una mayor inclusión en el diseño de políticas públicas para combatir el cambio climático, pues las mujeres son las principales víctimas del calentamiento global y quienes sufren sus consecuencias en mayor medida, en especial las más pobres.

En este evento internacional, que reúne a alcaldesas de más de 16 ciudades del mundo, así como a mujeres con liderazgo urbano, empresarial y de la sociedad civil en la búsqueda de participar en acciones ambientales, quedó de manifiesto que aunque existen ya acciones concretas para reducir los estragos causados por la contaminación en las grandes urbes, todavía no se avanza lo suficiente en llegar a resultados de mayor alcance y para ello es fundamental que se impulsen proyectos más ambiciosos en materia de residuos sólidos, energías renovables, transporte limpio, movilidad y reducción de emisiones industriales.

Pero lo que ocupó más análisis en esta Cumbre fue lo referente al papel de la mujer en esta lucha por mitigar el cambio climático mundial, considerado como uno de los desafíos más grandes a escala global, si se toma en consideración que sus efectos son multiplicadores de crisis, y enfrentarlo requiere de conjuntar esfuerzos a todos los niveles para lograr políticas públicas que ayuden a construir un entorno saludable para la humanidad en su conjunto.

Hubo consenso en que la participación de las mujeres es básica, pues son ellas las que padecen en mayor medida los efectos del cambio climático. Las estadísticas que se expusieron para argumentar sobre este particular son contundentes. “De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de la mitad de las mujeres y las niñas que viven en las ciudades de los países en desarrollo carecen de al menos uno de los siguientes servicios básicos para una manera de vida saludable: agua potable, instalaciones sanitarias o una vivienda estable y con el espacio necesario”, comentó en su intervención Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático.

Ante esta ominosa realidad, en la Cumbre se llegó al acuerdo de que es inaplazable empoderar a las mujeres, garantizar sus derechos y considerar dentro de las políticas públicas para combatir el cambio climático la perspectiva de género.

En el Partido Verde Ecologista desde luego que respaldamos esta propuesta, pero añadiríamos que también es necesario colocar en el centro de las iniciativas ambientales las aportaciones que las mujeres emprendedoras desarrollan para lograr sociedades más sustentables. El objetivo mediato es llegar a contar con ciudades sustentables inclusivas, con apertura para liderazgos femeninos. La solidaridad de las mujeres en el país y en especial en la Ciudad de México es esencial para propiciar los grandes cambios. No hay duda de ello. Y la lucha contra el cambio climático requiere de su participación.

Secretario general del Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México