Salvador Cosío Gaona, notario público de Zapopan, Jalisco, interpuso una demanda por la falsificación de su firma. Presuntamente firmó las copias certificadas de la cesión de derechos para cambiar de dueños de la empresa Manhattan Master Plan Development, quien le compró una nave industrial al aspirante presidencial Ricardo Anaya en 54 millones de pesos, afirmó una investigación realizada por el diario El País.

Cosío Gaona negó conocer a la persona de la empresa Manhattan Master Plan Development que le solicitó la cesión de derechos ni a los abogados de dicha compañía. Ante la Procuraduría General de la República (PGR) afirmó “no se trata de mi firma” y destacó que los documentos no cuentan con las características con que acostumbra a elaborar en su proceder.

En septiembre pasado, se dio a conocer que la empresa que compró una nave industrial a Ricardo Anaya y a su familia política tenía como domicilio un terreno baldío y en donde aparecían dos principales socios, Luis Alberto López y María Amada Ramírez, quienes no tenían un perfil empresarial.

El diario español reveló que Humberto Hernández, esposo de Amada Ramírez, aseguró ante la PGR que nunca tuvieron constancia de la existencia de la compañía y que se habían enterado por los medios de comunicación, por lo que afirmó que todos los documentos con la firma de su mujer son falsos.

Manhattan Master Plan Development nació en tan sólo tres meses con un capital de 10 mil pesos, un terreno baldío (ubicado en la calle Senda de Carruaje 90, manzana 5, interior 20. Colonia Milenio III, Querétaro) y dos socios sin perfil empresarial, quienes días más tarde cedieron todas sus acciones a Juan Carlos Reyes García, actual dueño de la compañía.

Es decir, Manhattan Master se creó en julio del 2016 con unos dueños, en agosto de ese año compra a Anaya la nave en 54 millones de pesos y en septiembre los socios fundadores le ceden formalmente las acciones al actual dueño Reyes García.

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El notario 8 de Zapopan, Jalisco, Salvador Cosío Gaona, detalló en una declaración que el 11 de julio, seis días después de la constitución de la empresa, Luis Alberto López y María Amada Ramírez cedieron 99% de las acciones a Juan Carlos Reyes y 1% a Jesús Muñoz Alvarado, pero fue hasta el 12 de septiembre de 2016 cuando se realizó el protocolo de cambio accionario, cuando ya había ocurrido la compra de la nave industrial.

El 25 de agosto de 2016, Manhattan Master Plan Development compra a Juni Sierra, propiedad de Ricardo Anaya, así como de su familia política, la nave industrial por 54 millones de pesos. En el documento sólo figura el nombre de Luis Alberto López y no el de Juan Carlos Reyes.

El abogado Joaquín Xamán Mcgregor informó que sus clientes Alberto “N” y Daniel “N” fueron utilizados por el empresario queretano Manuel Barreiro Castañeda para triangular dinero por distintos países y paraísos fiscales, para adquirir una nave industrial de la empresa Juni Sierra, propiedad de Anaya y su familia. El abogado relató que sus cliente fueron contratados por Barreiro Castañeda para adquirir la propiedad, con la condición de que no se conociera de dónde provenía el dinero de esa transacción.

Barreiro Castañeda sería quien aportaría los recursos para beneficiar económicamente a Anaya. “Barreiro señaló a mis clientes que de esa operación tenia conocimiento el propio Ricardo Anaya”, indicó Mcgregor.

Por su parte, el candidato presidencial asegura que no tiene nada que ver con el esquema de lavado de dinero. Indicó que en el contrato de venta de la nave existe una cláusula, la número 20 por la que Manhattan Master Plan se compromete a que el dinero utilizado para la compra es de origen lícito.

Sobre su relación con Barreiro, el candidato admitió que lo conoce porque “era el directivo más alto del parque industrial, donde se encuentra la nave, y porque está casado con la hermana de un amigo muy cercano desde la Secundaria, Álvaro Ugalde”.

“Lo ubico bien, pero mi relación no es tan directa, más bien es con Álvaro. Como empresario es alguien muy conocido en Querétaro”. Anaya no considera ser amigo de Barreiro. “A los amigos se les frecuenta. Por lo menos en el último año no recuerdo haberlo visto”.