La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que cada día grandes cantidades de materiales peligrosos son transportadas en las zonas urbanas de todo el mundo: explosivos, líquidos y sólidos inflamables, oxidantes, sustancias tóxicas e infecciosas, así como materiales radiactivos. Asimismo, este organismo internacional advierte que, en caso de accidente, el riesgo para los habitantes es menor en las ciudades de los países desarrollados, donde los puntos de destino de esos materiales no se mezclan con otros usos de suelo, como sucede en las grandes ciudades de nuestro país.
Sobre esto, Angélica del Rocío Lozano Cuevas, investigadora del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), establece que debido a la falta de un orden territorial y a un crecimiento urbano sin un plan integral, en la Zona Metropolitana del Valle de México, conformada por la Ciudad de México y parte del Estado de México, el suelo habitacional se mezcla con el comercial y el industrial, y en consecuencia los grandes orígenes y destinos de los materiales peligrosos están rodeados de áreas habitacionales.
La investigadora universitaria señala que el cloro es el material más peligroso que se transporta en la Zona Metropolitana, y la gasolina, el que circula con mayor frecuencia. Ejemplifica que un accidente de algún camión transportador de cloro formaría una nube tóxica letal para la vida humana, cuya área de impacto es de varios kilómetros, mientras que una explosión de gasolina impacta un área de unos 500 metros a la redonda, aunque también de consecuencias fatales.
“En un accidente por cloro en el Circuito Exterior Mexiquense, que pasa por Ecatepec, zona densamente poblada, se tendría que evacuar a medio millón de personas en 15 minutos, lo que es imposible. Las personas más cercanas al percance podrían morir y las más alejadas al accidente podrían sufrir daño permanente en la garganta y en las vías respiratorias”, advierte la investigadora Lozano Cuevas.
Opina que ante este peligro para la ciudadanía en el Valle de México, es indispensable poner en marcha un ordenamiento territorial gradual que promueva el desarrollo urbano con mezclas de uso de suelo que sean compatibles, de modo que si ocurre un accidente en una industria, o con un camión que transporta materiales peligrosos, no afecte zonas habitacionales o donde exista mucha población.
En esto coincidimos plenamente con la científica universitaria. Un plan de desarrollo urbano integral para la Ciudad de México y el área metropolitana debe dar prioridad a la seguridad de los habitantes, sin afectar el desarrollo industrial. Asimismo, aunque hay, por fortuna, pocos accidentes por transportación de materiales peligrosos en el Valle de México, no estamos preparados para una evacuación masiva ni informados sobre qué hacer en caso de una explosión, una nube tóxica u otros eventos con este tipo de materiales. Debemos hacer mucho caso a investigaciones de este tipo.
Secretario general del Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México


