Hace 10 años, Carlos López Valdés fue denunciado por pederastia. El caso, pese a sonar como algo rutinario en el ámbito judicial, también revestía la característica de que el indiciado era sacerdote católico. El denunciante, Jesús Romero Colín, estuvo acompañado durante el proceso por Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social (GADHJS), entidad que resaltó que se trata de la primera sentencia de este tipo luego de varios escándalos que han cimbrado a la sociedad.

“Esta es la primer sentencia condenatoria contra un cura católico pederasta en la Ciudad de México, no hay antecedente alguno y por ello representa un parteaguas en la procuración e impartición de justicia en nuestra ciudad”, aseguró David Peña, abogado e integrante del Grupo, quien añadió que se trató de un proceso judicial complicado.

“Hemos tenido que enfrentar esa otra red de protección y complicidades que se tejieron al interior de la iglesia católica para evitar que Carlos López fuese acusado, detenido y sentenciado”, indicó Peña.

El sacerdote, actualmente de 72 años de edad y en la cárcel desde hace 19 meses, enfrenta una condena de 63 años de prisión.

Para Romero Colín, se trató de una década de desgaste, en la que tuvo que enfrentar no sólo a su agresor, sino el desdén y apatía de autoridades, así como el silencio de la jerarquía católica ante el conocimiento de la conducta irregular del párroco.

“En esta sentencia se integran los testimonios de 2 obispos en funciones, de Jonás Guerrero obispo en Culiacán y de Marcelino Hernández obispo de Colima, pues ambos tuvieron conocimiento de las conductas delictivas del sacerdote pederasta desde antes que Jesús interpusiera la denuncia y simplemente no hicieron nada, no sólo fueron omisos sino incluso cómplices” refirió el también integrante de GADHJS, Luis Ángel Salas.

El testimonio de Jesús Romero no deja lugar a dudas acerca del infierno que representó continuar con la acusación y participar en el juicio.

“Durante todo este tiempo he tenido que enfrentar y superar muchos obstáculos, malos tratos, ofensas, agresiones de todo tipo no sólo aquellas que me provocó el sacerdote sino otras muy diversas por parte de las autoridades y de un sector de la iglesia católica”, compartió Romero Colín.

Pero para Miguel Ángel Salas, la condena no es el final de esta historia.

“Hemos ganado 2 de 3, Carlos López esta preso, condenado y tiene que pagar una reparación, la PGJDF ha sido señalada como responsable por la CDHDF por lo que tiene que pagar también una reparación, sólo nos falta la batalla legal contra la iglesia católica de la que estamos seguros también saldremos con la victoria pues tendrán que aceptar sus responsabilidades y pagar una reparación por el daño provocado a Jesús Romero”, concluyó Salas.