No se cansan los aspirantes a la silla presidencial de iniciar y reiniciar, una y otra vez, sus campañas políticas, tampoco se hartan de gastar el dinero del pueblo en ellas, menos se fatigan de decirnos todos los días mentiras tras mentiras.

Andrés Manuel López Obrador, decano en esas lides, volvió a iniciar su campaña presidencial, pero ahora en Ciudad Juárez, lugar de nuestra frontera norte en donde Benito Juárez desplantó su contraataque a dos imperios: el de Maximiliano de Habsburgo y el de Napoleón III, y a los dos los venció, con la fuerza del pueblo mexicano de aquel entonces y, claro, con el auxilio de otro imperio que recién terminaba su guerra civil: Estados Unidos de América.

También ahí, en Ciudad Juárez, configuró su marcha a la capital de nuestro país Francisco I. Madero contra Porfirio Díaz, quien de presidente se transfiguró en dictador; ese arranque de Madero aglutinó la fuerza de los mexicanos de esos tiempos y, obvio, con auxilio de ese mismo imperio: Estados Unidos de América.

En México ha pasado lo que nuestro vecino del norte nos ha permitido; solo reconociendo esto podemos luchar con talento para obtener una nueva independencia.

López Obrador recién aseguró que “ni México ni su pueblo van a ser piñata de ningún gobierno extranjero”, obvio, cuando él sea presidente, agregando: “Vamos a ser respetuosos, pero exigiremos respeto a Estados Unidos”.

Lógica y gramaticalmente esas frases pudieran ser mejoradas, pero políticamente llevan fuego.

El actual presidente de Estados Unidos se llama Donald Trump, un fanfarrón cobarde ante los poderosos, pero envalentonado frente a los débiles.

Ante el líder norcoreano Kim Jong-un y sus irresponsables alardes atómicos, Trump se frunció…; ante Xi Jinping, líder chino y su potencial económico y militar, Trump está reculando…, ante el presidente ruso Putin, a quien mucho debe, y quien tiene armamento y dinero para responder, Trump está espantado con las represalias rusas por su provocación.

Ojalá López Obrador tuviera tanto talento como carácter, y tanta argucia como paciencia. Decir solo de boca lo convierte en pez, y este por su boca muere.

En su re-re-reinicio de campaña, re-re-repitió: “voy a obtener como salario la mitad de lo que recibe actualmente el presidente”.

El presidente Peña Nieto ha declarado como sueldo mensual la cantidad de 193 mil, 478 pesos y el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018 le asigna al presidente como salario 148 mil 861 pesos, lo que significaría que López Obrador solo ganaría 74 mil 435 pesos.

Si el expresidente Vicente Fox dijo que defenderá su salario de 5 millones de pesos mensuales, significaría que López Obrador ganará dos millones y medio de pesos mensuales.

Quien decide cuánto gana un presidente es la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión, y no el presidente, pero López Obrador desde ahora toma facultades que no corresponden al cargo al que aspira.

Si las mentiras fuesen oro, México sería inmensamente rico.