El surgimiento y la caída de la cadena Tower Records dejó un legado con la marca rebelde de su fundador, así como una advertencia a los empresarios por venir, tal proceso ahora es plasmado a través del documental All Things Must Pass, producido por el actor estadounidense Colin Hanks, transmitido en exclusiva a partir del 21 de abril, en el canal Turner Classic Movies (TCM).

El documental da respuesta a esa incógnita que desde hace más de una década se ha intentado resolver: Qué fue lo que ocurrió con Tower Records, después que en 1999 tenía ventas que superaban los mil millones de dólares al año.

Según información de la empresa con cadenas de televisión de pago en Estados Unidos, el proyecto da un recorrido a partir de la frase “All things must pass” (“Todo debe pasar”) escrita en la fachada, con la que se despidió el último local de Tower Records en Sacramento, la capital del estado de California y el lugar donde precisamente nació la cadena.

El largometraje de 97 minutos también cuenta con testimonios de personajes importantes como Dave Grohl, Bruce Springsteen, Elton John, David Geffen, entre otros artistas, además de que se evoca el nacimiento de Tower Records en 1960 de la mano de Russell Solomon, creador de estas famosas tiendas y quien falleció el mes pasado a los 92 años.

También muestra el proceso a través del cual la marca logró expandirse alrededor del globo, al punto de llegar a tener 200 locales, así como la relación con los astros musicales que, como si fueran unos más, iban a revisar los estantes en busca de nuevos discos, y cómo las nuevas tecnologías y la aparición de plataformas digitales como Napster, iTunes y Amazon ayudaron a que la empresa entre en un colapso que derivó en el pedido de bancarrota.

“Era un ritual que me encantaba. Era mi proveedor de música, sabía dónde estaba cada cosa. Si no tenían algo les pedía que me lo trajeran. Me he gastado más en Tower Records que en cualquier ser humano”, confiesa el propio Elton John en el documental.

Por su parte, David Geffen, rememora en el largometraje que “los artistas de California y Los Ángeles iban allí a ver si estaban sus discos. Si había de Elton John, pero no de The Eagles, se cabreaban, y al revés”.