El director de la CIA, Mike Pompeo, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se reunieron hace dos semanas en secreto para preparar la cumbre prevista con el presidente estadounidense, Donald Trump.

Según la información adelantada por el diario The Washington Post, el viaje tuvo lugar a finales de marzo, coincidiendo con la Semana Santa, y tuvo como objetivo acercar posturas sobre las condiciones del encuentro entre ambos mandatarios así como sobre el programa de armas nucleares de Pyongyang

Poco antes de esta noticia, el propio Trump había desvelado por sorpresa que ya se había producido una reunión de alto nivel entre ambos países: “Hemos tenido conversaciones directas a niveles extremadamente altos con Corea del Norte”, dijo el presidente sin mencionar a Pompeo.

Lo más seguro es que Trump y Kim mantengan la primera reunión en la historia de EEUU y Corea del Norte en mayo o junio y se están valorando cinco escenarios posibles, aunque no revelaron cuáles. Se ha descartado sin embargo la opción de que se produzca en Estados Unidos.

Pompeo está llamado a dirigir la cartera de Exteriores estadounidense después de que el propio Trump anunciara el 3 de marzo su nominación en el mismo mensaje de Twitter en el que comunicó a su predecesor, Rex Tillerson, su despido. Esta maniobra de la Casa Blanca hizo temer a numerosos expertos por el posible encuentro entre los lideres de EEUU y de Corea del Norte, puesto que Pompeo es conocido por tener un carácter mucho más belicista que Tillerson.

Sin embargo, durante su audiencia de confirmación ante el Senado, el todavía director de la CIA se mostró mucho más comedido de lo que es habitual al ser preguntado por la relación con Corea del Norte. “Nunca he abogado por el cambio de régimen. No estoy abogando por el cambio de régimen”, dijo Pompeo al ser cuestionado por el senador demócrata por Maryland Ben Cardin.