Con una mentira suele irse muy lejos,

pero sin esperanzas de volver.

Proverbio judío

 Las campañas presidenciales de las tres grandes coaliciones que se disputan la Presidencia de la República tienen equipos de campaña capaces, experimentados, pero, sin faltarle el respeto a nadie, solo la coalición de Juntos Hagamos Historia, de Andrés Manuel López Obrador ha mostrado eficacia en sus estrategias y tácticas.

Tiene varios factores a su favor. Se le acusa de ejercer un férreo control sobre la estructura de Morena. Sí, pero se evita reclamos o disidencias. La indisciplina es imperdonable e impensable.

Los puestos de mayor responsabilidad y confianza los tienen sus hijos mayores, lo cual le garantiza lealtad y que nadie hará se apartará de la línea del partido.

Aprovecha la experiencia de dos décadas de campaña y de tres campañas presidenciales —esta es la tercera—, y el nivel de conocimiento le ha permitido ir a la cabeza de las encuestas, pues sus adversarios apenas buscaron el reconocimiento nacional desde el año pasado.

Tiene un equipo compacto para su comunicación política. Compacto y eficaz. Con él y con sus declaraciones diarias, a veces hasta con sus sagaces ocurrencias, ha logrado hasta ahora fijar la agenda de temas a sus adversarios y a los medios.

Como nunca antes, ya creó la atmósfera triunfalista de hace doce años, pero en esta ocasión ha logrado influir en personalidades de los medios de comunicación, columnistas y comentaristas para que, igual que los más fieles seguidores, han empezado a ver como inevitable el triunfo de López Obrador el próximo julio.

Como ejemplo solo repasemos lo ocurrido esta semana. Bastó que insistiera en quitarle las pensiones a los expresidentes, de que atrajera a la discusión al torpe Vicente Fox y, en los principales espacios noticiosos, se discutió el tema.

Y se discutió, aunque se sabe que es un tema irrelevante, pues quitarles la pensión a los expresidentes no significa nada en la gran masa del presupuesto federal, pero es lucidor y muy taquillero.

Sin darse cuenta, muchos personajes de los medios son sus inconscientes propagandistas cuando retoman todas las ocurrencias del tabasqueño.

A menos de setenta días de la elección presidencial, a sus adversarios les queda hacerle tropezar, cometer un error grave, si quieren evitar que, como dicen los más irresponsables, desde ahora crean también que la elección ya está decidida.

Y prefieran convertirse en simples marionetas del puntero en las encuestas.

jfonseca@cafepolitico.com