El escritor Juan Villoro calificó como “muy compleja” la situación que atraviesa México porque la realidad queda a deber, es una realidad muy quebrantada, que deja insatisfecha a muchas personas, dijo al El País.

Indicó que lo más difícil que puede enfrentar un país no es solo que el entorno esté degradado, sino que también lo esté la ilusión. “Esta falta de expectativas es la crisis más grande que tenemos”.

El también periodista reveló que estábamos mejor contra el viejo PRI, cuando pensábamos que con la alternancia que habría después, estaríamos mejor. Pero hemos experimentado varios gobiernos posteriores a la alternancia y nos han dejado la misma sensación de insuficiencia que antes.

Dijo que el gran problema es que no vemos una luz al final del túnel, “estamos metidos en el túnel o, para ajustarnos más a los tiempos que corren, en el socavón”. Villoro manifestó que los partidos han encontrado que lo importante con los problemas no es solucionarlos, sino administrarlos, lo que permite seguir haciendo pactos y ampliar recursos para supuestamente arreglarlos. “Esta democracia le está costando muchísimo a México”.

Sobre las alianzas que realizaron los partidos para esta elecciones, Villoro opinó que los partidos han abdicado de sus respectivas ideologías, ya no hay demarcaciones claras de lo que unos u otros defienden, sino que se unen con fines oportunistas y electorales para tener mayor fuerza, más allá de los principios que decían defender.

“Hemos llegado a la extraña paradoja de que el candidato, para ser viable, tiene que presentarse como confiable, como alguien que no aspira a transformaciones de fondo, cuando todo el mundo sabe que necesitamos transformaciones radicales. Los partidos han dejado existir como organizaciones de propuesta ideológica y se han convertido en agencias de colocación de trabajo”.

El autor de El testigo (Anagrama, 2004), habló respecto a lo que sucede en México y dijo que hay un despojo de la tierra y explotación. Respecto a la representación política que tenemos la palabra que lo define es desconfianza. “Hay una falta de credibilidad extrema”.

Sobre las elecciones de primero de julio aseguró que la gente sabe que los partidos no están representando alternativas confiables. Se votará esperanzado de que el candidato que llegue será menos malo que el anterior. “Esta elección tiene esa característica de que es otra esperanza cancelada”.

Villoro participó activamente en la campaña de Marichuy y explicó que los recorridos de candidata indígena a la presidencia de México no tenían solo fines electoreros. Dijo que el racismo y la poca actividad ciudadana impidió que Marichuy recolectará las firmas necesarias para llegar a tener una candidatura independiente. “Lo interesante de la causa de Marichuy y de los pueblos originarios es que permitirían organizar el país entero desde abajo”.

Señaló que el propio Andrés Manuel López Obrador ha rebajado sus expectativas y su discurso para no generar temores. “Es una gran paradoja. Lo que necesitamos son cambios y estamos en un país en el que el que propone cambios radicales está estigmatizado como una amenaza”.