El escritor Sergio Ramírez dedicó el Premio Cervantes a “la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados por reclamar Justicia y Democracia”.

Tras recibir la medalla y la escultura acreditativa del premio de manos del rey Felipe VI, Ramírez empezó su discurso dedicando el galardón a sus compatriotas, “a los miles de jóvenes que luchan porque Nicaragua vuelva a ser república”.

El autor de obras como “Margarita está linda la mar” fue vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990, en el primer gobierno de Daniel Ortega, y militó en el Frente Sandinista durante 20 años.