Después de sufrir daños tras los sismos del 19 de septiembre, Ediciones Sin Nombre realizará una venta de bodega donde rematará los libros de su catálogo con un precio general de 10 pesos, esto para intentar salvar la mayor parte de los ejemplares que, de no venderse, serán destruidos. La cita es del 4 al 6 de mayo en su bodega, ubicada en Orizaba 13 interior 1, colonia Roma Norte, de 12 de la tarde a 8 de la noche.
Conversamos con la escritora Ana María Jaramillo, directora de la editorial independiente creada en 1995, quien pide la solidaridad de los lectores chilangos.
-¿Qué tipo de libros podremos encontrar?
Nuestro libros son de literatura, ensayo, poesía. Autores consagrados pero también nuevos. Nos arriesgamos mucho con gente que no es conocida y que tiene buenos textos. Tenemos muchas colecciones, que incluyen libros de cine y novela. De todas ellas habrá libros en el remate. Contamos con Tomás Segovia, casi toda su obra publicada, es una maravilla. Tenemos a Marina Tsvietáieva traducida por Selma Ancira, muchos libros de Esther Seligson y El cuaderno verde, de Maurice de Guérin, traducido por Jorge Esquinca, entre muchos otros. Publicamos también clásicos con muy buenas traducciones que van a estar a la venta, como piezas de William Shakespeare traducidas por Juan Villoro y Pedro Serrano. En poesía tenemos a María Baranda y Francisco Segovia.
-¿Por qué la editorial tiene que cambiar de espacio?
Tuvimos un problema con el temblor de septiembre pasado. Vivíamos en un departamento de la Condesa, donde teníamos las oficinas y nuestra casa, y la bodega estaba en la Roma. En el terremoto nos quedamos sin el departamento, por daños, y nos pidieron la bodega. Entonces nos tocó buscar donde vivir y trasladar la bodega, pero para ello tenemos que deshacernos de muchos libros. Siempre hemos sido enemigos del molino para triturar y hemos editado casi 500 títulos, entonces sufrimos con la cantidad de libros que tenemos. Estamos haciendo el último intento para que la gente se quede con ellos. Eso no significa que vamos a cerrar la editorial. Vamos a seguir heroicamente. Ya tenemos la oficina y estamos bregando para acomodarnos. Algunos amigos nos han recibido libros, hemos salvado lo que hemos podido del fondo editorial, pero ya llegó el momento de entregar ese lugar.
-¿Cómo se transformará Ediciones Sin Nombre con el cierre de estas oficinas?
Ya sólo hacemos tirajes cortos y reponemos si se agotan. Es el modelo que estamos utilizando. No le hemos apostado al libro electrónico porque tenemos la firme convicción de que el objeto también forma parte del contenido, y cada vez tratamos de hacerlo mejor: que sean más bonitos, con las mínimas erratas, bien diagramados e impresos. Que el objeto sea bueno. Creemos mucho en el libro impreso.
https://youtu.be/F7aJx1_XsHU



