Donald Trump se encuentra en las cuerdas. La trama rusa lo tiene bajo presión desde el inicio de su mandato y este jueves lo atenazó aún más. El Senado estadounidense reconoció que Moscú interfirió en las elecciones que le dieron la victoria al magnate inmobiliario y, con ello, se cierra la pinza en las sospechas que se tenían al respecto. Lo más curiosos de todo es que ahora hasta los legisladores republicanos del Congreso han convenido en que los servicios de inteligencia estadounidenses… ¡tenían razón!

En un giro de 360 grados, el Comité de Seguridad de la cámara alta norteamericana prácticamente coincidió con los reportes de sus opositores demócratas, que señalaban que Trump fue apoyado deliberadamente por el Kremlin en su camino a la Casa Blanca.

Trump, por su parte, reaccionó minimizando las declaraciones del Senado y negando toda confabulación con Rusia para ganar el poder. “Es una caza de brujas”, dijo.

Sin embargo, en declaración conjunta del vicepresidente del comité del Senado, el demócrata Mark R. Warner y el presidente de la instancia, el senador republicano Richard Burr, señaló “que las conclusiones [de los servicios de inteligencia] eran precisas y correctas”.

La cosa no ha quedado sólo ahí, sino que los senadores consultaron a puerta cerrada al ex director Nacional de Inteligencia, James R. Clapper Jr, al ex jefe de la CIA, John Brennan; al ex director de la Agencia de Seguridad Nacional, el almirante Mike Rogers; y al ex director del FBI, James Comey, el mismo que Trump despidió como jefe de la institución de seguridad para impedir que avanzara en las investigaciones y que ahora se le está volteando como un caso de obstrucción a la justicia.

“El esfuerzo ruso de ayudar a Donald Trump y perjudicar a Hillary Clinton fue amplio, sofisticado y ordenado por el propio presidente Putin”, comentó el senador demócrata Warner, integrante del panel de seguridad de la cámara alta.