Para el escritor, ensayista y dramaturgo Hugo Hiriart, la existencia está movida por corrientes muy extrañas que no dominamos, que no entendemos de dónde vienen o a dónde van, de ahí es que llega su nueva obra Sobre la naturaleza de los sueños, un libro que ofrece un análisis escrito, con una maravillosa sencillez, sobre esos inquietantes compañeros de la vida llamados los sueños.
“Me intriga la imaginación que es la que hace los sueños. Hay muchísimas cosas que no entiendo, que no sabría cómo tratar”, comentó Hiriart para el diario El Universal, al reflexionar sobre la distintas interrogantes que se fueron generando durante la realización de la obra: ¿Por qué ocurren? ¿Cómo ocurren? ¿Cómo los recordamos? ¿Qué significan?, etc.
Aseguró el autor de obras recientes como El arte de perdurar, que este libro se alimenta de las concepciones erróneas e inexplicables que tiene la gente de los sueños. Sin embargo, señaló que por lo regular la gente, los seres humanos, no suelen pensar o creen que los sueños son aburridos, o simplemente se han dicho asombrados.

“La gente dice: ‘Yo no sueño nunca’, o ‘Antes soñaba mucho, ahora no’, o ‘Yo sólo sueño en blanco y negro y no a colores’. ¿Por qué la gente se hace estas ideas? ¿Con base en qué hace estos pronunciamientos?, etcétera, todas estas preguntas se van desmenuzando una por una en el libro, en conversación con el lector y moviéndonos al asombro y la risa con sus conjeturas y ocurrencias”.
Añadió que este libro editado por ERA, constituye además una refutación –juguetona y audaz– de todas las teorías sobre los sueños: “ni Freud, ni Jung, ni los profetizadores, ni los chamanes, ni los neurólogos son vindicados en estas páginas”, apuntó.
De aquel joven que con Galaor obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia 1972, reconoce que aún perdura el entusiasmo por el leer, además de no creer en la fama ni el éxito inmediato.
“Pensaba y sigo pensando que si un libro funciona, él se va a defender y en algún momento va a llegar al público, si no funciona para qué preocuparnos, se olvida y ya, no es tan importante. Una de las cosas que me han ayudado más es no darle importancia a lo que uno escribe o publica, es una importancia relativa, no hay por qué ponerse histérico. Hay en cierta medida una fatalidad al escribir, uno escribe cosas que pueden funcionar o no”.
