“Fui allí para hacerme un enfermero eventual, pero también para hacerme fotógrafo, para hacer un gran reportaje, para denunciar el internamiento. Me encuentro con niños que sufren y educadores que están ahí para que sufran menos”, refirió el fotógrafo francés Marc Pataut, al rememorar uno de los trabajos creativos más significativos de su carrera, y que hoy forma parte de la retrospectiva Marc Pataut: primeros intentos, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que permanecerá hasta el 27 de agosto.

“Podría decir que es el primer trabajo de mi carrera, y que trata de aquel taller que impartí a niños psicóticos. Les repartí cámaras Instamatic que se convirtieron en un juguete y en una especie de prolongación del cuerpo de los menores. Lo que menos importaba eran los encuadres de las imágenes, lo que buscaba era la interacción, la creación de un espacio de libertad y de colaboración entre los muros de la institución hospitalaria de Aubervilliers, en el norte de París”.

Es así como la exposición muestra la obra fotográfica de Pataut, basada en la elaboración de proyectos de investigación que tratan cuestiones de dimensiones políticas y humanas a menudo ajenas a los parámetros de las instituciones artísticas. A través de sus fotografías, el artista propone un vínculo entre diversas prácticas colectivas e individuales con las que visibiliza la coexistencia de distintas realidades, centrándose en la de aquellos grupos más desfavorecidos con los que ensaya modos de abrir tanto el gesto fotográfico como la categoría de autor al compartir la cámara en algunas de sus series.

Esta exposición integrada por 300 fotografías y obras gráficas, despliega los trabajos realizados entre 1981 y 2001, dedicando especial atención a la década de los noventa, cuando el artista documenta el surgimiento de los nuevos movimientos sociales en Francia, próximos a un contexto de reivindicaciones laborales que derivarían en una nueva concepción del sujeto político.

Su obra da visibilidad “a los más desfavorecidos”, sostuvo Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, quien aseguró no sólo “reinventa el documental, sino que forma parte de él: convive con los colectivos representados como mediador, no es un trabajo contemplativo, la cámara es un elemento de mediación con los demás y se convierte en un trabajo de denuncia política y de la institución artística”.

Con este propósito, se incluyen en la muestra diversas series fotográficas como la realizada entre 1981 y 1982, Hôpital du Jour, presentada en las jornadas Les écarts de la raison de 1984, que comprende la primera colaboración de Pataut con instituciones públicas relacionadas con los colectivos más vulnerables.

También cuenta con una amplia sala que recoge el trabajo conjunto de Pataut y la escritora y coleccionista francesa Sandra Álvarez de Toledo. Las imágenes del primero sobre el paisaje de la memoria del deslavazado jardín de un antiguo hospital psiquiátrico para personas sin hogar comparten espacio con los textos de la segunda.

Los trabajos llevados a cabo con la asociación Ne Pas Plier, que funda junto con Gérard Paris-Clavel y otros artistas en 1991, también están presentes en la muestra. Los miembros de esta asociación experimentan nuevas formas de interpretación de los símbolos y el lenguaje empleados en la construcción de la sociedad de consumo para incorporar a aquellos grupos excluidos del discurso dominante.