Entre las personalidades del Partido Demócrata destaca el fiscal de Nueva York, Eric Schneiderman. Esta figura pública ha sido el centro de un movimiento denominado #MeToo, iniciado para denunciar los abusos sexuales que básicamente se inició tras los escándalos del productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein. Este martes, fue obligado a renunciar por cuestión de una doble moral, en la que se le descubrió que maltrató a cuatro mujeres con las que tuvo relación.
La situación tiene lugar en momentos en que una ola de abusos sexuales se cierne sobre personalidades públicas estadounidenses no sólo de los sectores de entretenimiento, sino del ambiente político y los medios de comunicación. El gran defensor de los abusos sexuales está entre la espada y la pared acusado por las cuatros ex parejas de lo que tanto defendió de dientes para afuera. Aunque, el defensor de estado negó las acusaciones, no se salvó del despido inmediato exigido por el gobernador Andrew Cuomo.
¿Cómo surgió este escándalo? Sucede que la revista The New Yorker publicó una serie de testimonios sobre los casos imputados. Se trata de la misma publicación que el mes pasado fue galardonada con el premio Pulitzer, compartido con The York Times por la cobertura de los casos de abuso y acoso sexual de grandes personalidades. Las cuatro denunciantes aseguran que el ex fiscal las “golpeó repetidamente, muchas veces después de beber, frecuentemente en la cama y nunca con su consentimiento”.
Sólo dos de las cuatro mujeres decidieron encarar directamente la situación, ellas son Tanya Selvaratnam y Michelle Barish, quienes calificaron las acciones del como el abuso de “asalto” aunque nunca lo denunciaron a la policía. La otras dos denunciantes prefirieron permanecer en el anonimato para evitar cualquier represalia. De hecho, Selvaratnam reveló que fue amenazada con ser perseguida, además de monitorear sus llamadas telefónicas si rompía la relación sentimental.
Schneiderman señaló que ninguna de las acusaciones afecta su desempeño profesional, sino que sólo se trata de cuestiones incidentales. “Aunque no están relacionadas con mi conducta profesional o las operaciones del cargo, me impedirán liderar la oficina de una manera efectiva en este momento crítico”. Agregó que nunca hizo tales amenazas, aunque reconoció que sí hizo jugueteos eróticos, pero todo en común acuerdo con la pareja.
En un mensaje de redes sociales, negó haber proferido “tales amenazas”, aunque admitió haber realizado juegos eróticos en común acuerdo con sus ex parejas.
“En la privacidad de relaciones íntimas, he practicado actividades sexuales de fantasía [role-playing]. No he agredido a nadie. Nunca ha practicado sexo no consentido, una línea que no cruzaría”, comentó el ex fiscal neoyorquino.
Para el gobernador Andrew Cuomo, quien también es demócrata afirmó que “nadie debe estar por encima de la ley”, dijo. Por el “patrón de hechos” descritos, añadió, “no creo que sea posible para Eric Schneiderman continuar sirviendo como fiscal general”, sentenció.