El Banco Central Europeo (BCE) anunció que se dejará de fabricar el billete de 500 euros (color lila). Instrumento de pago de alta denominación que no fue práctico para el uso de la población, y que en gran porcentaje nunca tuvo un papel moneda de este valor en sus manos.
En medio de una renovación en el diseño y las medidas para prevenir su falsificación, el BCE tomó la medida a fin de que este objeto no se convirtiera en una de las herramientas usadas por la delincuencia organizada y con ello disfrazar las actividades de ilícitos como trata, tráfico de sustancias psicotrópicas o lavado de dinero e ingresarlo en múltiples formas al sistema financiero del viejo continente. ¿Es una idea conveniente para una moneda sólida como el euro? Sin duda, fortalecerá la confianza en su uso.
El euro se convirtió en una solución común al múltiple manejo de divisas en Europa, además de ser un elemento fundamental para la integración de ese continente. Ha sido tal su éxito que en breve tiempo gozó de confianza internacional y es hoy, una de las dos monedas más importantes del mundo.
Una vez posicionado como divisa sólida surgió la necesidad de fortalecer su confianza en la comunidad, y como resultado en 2013 inició la circulación de nuevos billetes, de la llamada serie “Europa” y que paulatinamente modificó el diseño de las piezas de denominación cinco, 10, 20 y 50 euros. Sin embargo, en el proceso diferentes analistas y funcionarios se plantearon la pregunta de si era necesario el billete de 500 euros y si era factible su retirada de la circulación, por lo que al llegar a las cajas de los bancos, estos ejemplares serán retirados de la circulación, pese a que los que estén en poder de la población seguirán conservando su valor.
A escala mundial el billete de 500 euros es uno de los de más alta denominación, lo que afronta dificultades en materia de seguridad como una fuerte pérdida en caso de recibir una falsificación, o ser utilizado para el lavado de dinero por su fácil portación. Esto originó que algunos gobiernos como el Reino Unido tomara la decisión de no admitir esta denominación como medio de pago debido a su demanda por las mafias delictivas desde 2010.
Si bien el manejo de efectivo ahora es más fácil con el uso de medios de pagos electrónicos y tarjetas de crédito o débito, aún existen en diferentes países billetes de alta denominación como el de 500 euros, que al momento de escribir estas líneas equivale a 607 dólares americanos, cuando en Estados Unidos el billete de mayor denominación es de 100 dólares. Sin embargo, esto no siempre ha sido así, y en el país vecino del norte en algún momento (de 1928 a 1969) existieron en circulación billetes de 500, 1000, 5 mil, 10 mil e incluso 100 mil (para uso exclusivo entre bancos); los cuales fueron retirados en parte para evitar una inflación desmedida.
Sin embargo, en Europa antes de la aparición del euro existía la tradición de usar billetes de altas denominaciones como en Holanda (billete de 1000 florines= 453.78 euros) o Alemania (1000 marcos= 511.29 euros). Por lo que la entrada en valor de papel moneda de 200 o 500 euros fue bien aceptada en sociedades con alto poder adquisitivo. Sin embargo, en España se llegó a contar con la cuarta parte de billetes de esta denominación a escala mundial aun cuando el Banco Central Europeo (BCE) mencionó en una encuesta que 56% de la población de la eurozona nunca había visto uno en su vida.
Otros países han tenido la experiencia de retirar billetes de alto valor por diferentes motivos; un caso reciente sucedió en Canadá con la salida de circulación del papel moneda con denominación de mil dólares, que circuló desde 1954 pero que en la última serie hecha de polímero en 2011 se descontinúo y los que estaban en uso han sido retirados.
Actualmente mil dólares canadienses equivalen aproximadamente 686 euros. En México, durante algunos años el billete de diez mil pesos (1950) tuvo un cambio cercano a mil 156 dólares estadounidenses; sin embargo, cayó en desuso y fue retomado a fines de la década de los setentas, su equivalencia era de 439 billetes verdes.
Además del billete de 500 euros algunas voces también plantean descontinuar el de 200, a fin de que no se le pueda seguir usando en actividades criminales. Otras opiniones sugieren que lo mismo se debe realizar con otros billetes en diferentes países como el de 100 dólares de Estados Unidos, el de mil francos suizos (913 euros) o de diez mil yenes japoneses (80 euros). Si bien se busca un combate al dinero en efectivo que usa la delincuencia organizada, también existe una menor demanda de ahorradores que prefieren tener su capital a la vista que ingresarlo a las instituciones financieras.
Si bien existe el debate para estos fines, el lavado de dinero a lo largo del tiempo se ha caracterizado también por realizar compras con una gran cantidad de dinero, por lo que ante la ausencia de billetes de alta denominación, también puede existir traslado de valores en diferentes formas como joyas, metales finos, automóviles, bienes inmuebles, entre otras operaciones. La desventaja del ingreso del efectivo a bancos es que se puede rastrear y poner en evidencia las transacciones sospechosas.
Por lo pronto, el Banco Común Europeo (BCE) tiene pendiente renovar los diseños de los títulos de 100 y 200 euros, además de participar en las reflexiones de la conveniencia o no de contar con papel moneda de alto valor.
El autor es Posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas. Universidad de Alcalá de Henares.



