La instalación Carne y Arena, de Alejandro González Iñárritu, realizada mediante realidad virtual, enfrenta al espectador con la experiencia que viven los migrantes mexicanos y centroamericanos en su intento de cruzar la frontera con Estados Unidos; el objetivo es claro: que los visitantes se pongan en los zapatos de los migrantes, en su piel, algo que está muy lejos para mucha gente que no solo no desea sentir en 6 minutos lo aterrador que puede ser intentar cruzar la frontera, sino además que sienta un odio injustificado por los migrantes mexicanos, mucho de ello se debe a la llegada al país norteamericano de las políticas racistas de su presidente Donald Trump.

Ante tal indiferencia hacia los migrantes, el ganador del Oscar critica la falta apoyo al proyecto por parte de importantes instituciones y fundaciones internacionales como BBVA Bancomer. A través de una carta publicada en el diario El Universal, Iñárritu lamenta que la fundación de esa institución bancaria no haya contribuido en la realización de la obra Carne y Arena.

Asegura que la razón no fue por una necesidad económica, pues advierte que la obra “está y ha estado siempre financiada”, sino este reclamo se debe al desprecio e insultos xenofóbicos de parte del presidente de Estados Unidos hacia los mexicanos: “vi una oportunidad de salvar el honor y dignidad con una institución española/mexicana presentando la obra en Estados Unidos, mostrando así unidad y apoyo entre nosotros”, asevera en la misiva el autor de largometrajes como Amores perros y 21 Gramos.

Con esta carta enviada el 9 de mayo, Iñárritu cierra la fase que bien podría haber unido voluntades y compromisos con fines sociales o altruistas con la institución que es el banco más grande de México.

“Para mí no es importante el que hayan dicho que no. Yo soy consciente de que nadie está obligado a participar, por mala o buena que sea una idea. Pero aquí hubo algo diferente”, expresa Iñárritu, quien asegura “no es el rechazo”, sino las formas en dar la respuesta hacia el proyecto, ya que fue hasta después de un mes y medio, que dieron su negativa, provocando no solo el riesgo de la obra, sino además perdieron la posibilidad de unir esfuerzos con otras instituciones.

“Para ser más preciso, fueron los inmigrantes quienes perdieron esta oportunidad de, a través de su fundación, haber podido canalizar la voluntad y el inmenso capital de estos individuos norteamericanos que, una vez sensibilizados con la obra, hubiesen podido tener una organización mexicana en quien confiar y a la cual donar su dinero”, apunta.

Según señala Iñárritu, Carne y Arena será apoyada y patrocinada por el israelí-norteamericano, Arnon Milchan, quien después de ver la instalación, afectado y emocionado, le ofreció al autor de la obra mexicana, cómo podía ayudar.

“Carne y Arena, cuenta también con apoyo económico y el gran entusiasmo de individuos, compañías, festivales, instituciones internacionales y fundaciones artísticas y sociales. Muy pronto se inaugurará y presentará en diferentes ciudades del mundo. Qué pena que lo único que no hubo fue el apoyo de una institución mexicana”, finaliza la carta el cineasta.