Venezuela sigue conviviendo con la campaña de las elecciones presidenciales que a 20 días vista entregarán más poder a Nicolás Maduro. Este lunes se ha despertado con el eco de un vídeo sorprendente, publicado por la RAI italiana. La grabación corresponde al testimonio de Luis Fernando González Seyas, un ex guardia de honor de la Presidencia que, según explica, recibió la orden gubernamental de ejecutar al dirigente opositor Tomás Guanipa.

“Estoy aquí porque, con otros tres compañeros, me he negado a cumplir una orden contraria a la ley: el asesinato de Tomás Ignacio Guanipa Villalobos, dirigente del partido Primero Justicia”, denuncia González Seyas, quien afirma que ha tenido que exiliarse para no verse sometido a las consecuencias que le guardaba el régimen chavista si desacataba la orden. En el reportaje emitido por la televisión transalpina, titulado El puente de la esperanza, el que fuera guardia presidencial confesó la desagradable situación en la que se encuentra, fugado de su país.

El presunto objetivo, Tomás Guanipa, ha declarado que tenemos la información confirmada por el periodista italiano Giovanni Bocco del documental, con quien hablé y me ha verificado que la información es real y que efectivamente por esa razón la publicó”. El dirigente disidente se ha mostrado afectado, ya que, según le ha sido revelado, tres de los cuatro guardias a los que se dio la orden de ejecutarle “murieron en extrañas circunstancias“.


Maduro ha reaccionado al duro golpe informativo aplicando una populista medida: ha duplicado el salario mínimo de los trabajadores y aumentado los subsidios que reciben millones de personas. El candidato oficialista ha anunciado en esta fecha, desde Caracas, que aumentará el salario mínimo integral un 95% -hasta los 37 dólares- en una maniobra que no es más que “un escudo frente a la guerra económica criminal de la oligarquía neoliberal y del Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

Desglosó el líder chavista, que espera ser reelegido en unos comicios polémicos, puntualizó que con este aumento el salario pasó de 392.646 a 1.000.000 de bolívares y que los bonos de alimentación suben de 915.000 a 1.555.500 bolívares. Y, también, publicó que las pensiones también sufrirán una subida que las dejará en 1.000.000 de bolívares. Además, el bono que suple al apoyo para alimentación ascenderá a los 20 dólares. Así, el régimen bolivariano ha completado la subida del salario número 44 en las últimas dos décadas.

Y, para redondear los anuncios a dos semanas de las elecciones, explicó que aporbará un aumento de 56 % a los bonos de “protección” destinados a aquellas familias que se han registrado por el sistema gubernamental “Carnet de la Patria“. Según Maduro, ya son “cuatro millones de hogares” los que se benefician de ese bono y prometió que en mayo “debemos llegar a cinco millones de hogares protegidos de manera integral”.

Pero la oposición no ha recibido con buena cara estas medidas por considerarlas populistas. Desde la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, que hace meses que decidió no presentarse a las elecciones porque cree que la convocatoria no cuenta con garantías de justicia y transparencia, se ha llamado a los trabajadores del país a protestar en este primero de mayo, concentrando las marchas en la capital con el fin de expresar la indignación por la crisis que azota a la nación caribeña.

El candidato presidencial Luis Alejandro Ratti, por su parte, declaró que tiene en mente aliarse con el ex pastor evangélico Javier Bertucci para presentar una candidatura única que enfrente a Maduro. Este aspirante, que todavía no ha realizado ninguna actividad masiva, venía de proponer que un grupo de encuestadora midiera la popularidad de los candidatos a tomar el relevo del presidente para que los menos seguidos se posicionaran por el que resultara primero en los sondeos. Las encuestas publicadas coinciden con que es el ex gobernador Henri Falcón la principal alternativa al sustituto de Chávez. Ratti, Falcón, Bertucci, Maduro y el ingeniero Reinaldo Quijada son las opciones en estas elecciones de claro sesgo chavista.