Este ha sido un día de trabajo para Vladimir Putin. El presidente de Rusia ha comenzado la jornada con una conversación telefónica en la que ha reafirmado con Emmanuel Macron su compromiso con el acuerdo nuclear con Irán. Aunque Donald Trump haya sacado a Estados Unidos de dicho tratado, presionando al resto de miembros y pretendiendo imponer nuevas sanciones a Teherán. El jefe del Kremlin, por tanto, ha conseguido llevarse a su orilla a un mandatario galo que había dado cobertura a la denuncia israelí del presunto incumplimiento iraní de las condiciones.

Moscú ha emitido un comunicado oficial en el que se relata que los dos mandatarios hicieron “especial hincapié en la situación creada tras el abandono unilateral del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, como se conoce por sus siglas en inglés) por parte de EE.UU.“. “Fue reiterado el compromiso de Rusia y Francia con el cumplimiento del acuerdo”, zanja una nota que sirve como espaldarazo para un pacto que había quedado en suspenso tras el movimiento de la Cara Blanca.

Asimismo, en la charla Macron y Putin trataron el balance de situación de la guerra siria y la visita del presidente galo a Rusia con motivo de la participación en el Foro Económico Internacional, que tendrá lugar en la semana venidera en San Petersburgo. Y afinaron los asuntos que estudiarán en conjunto en la reunión bilateral prevista para los próximos días 24 y 25, durante la estancia del francés en Rusia. Y el dirigente ruso puso al corriente a su homólogo de la conversación que mantuvo con el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, amén de expresar su pesar por el ataque terrorista perpetrado hace tres días en París.

El día continuó con la inauguración del “Puente Putin” y la acusación ucraniana de alta traición al jefe de la agencia rusa RIA Novosti en Ucrania, Kiril Vishinski. Con respecto al primer punto, el propio mandatario se encargó de conducir un camión para inaugurar el puente de19 kilómetros que une la península de Crimea, anexionada hace cuatro años, con la Rusia continental. En el estrecho de Kerch. Con pantalones vaqueros y una cazadora azul marino, Putin se subió a uno de los caminos Kamaz que participaron en los trabajos y lo guió, ante la atenta mirada de la televisión rusa.

El dirigente llegó desde Sochi, también a orillas del mar Negro y donde se encuentra estos días. Así se ha culminado una obra que arrancó en febrero de 2016 y que ha coinllevado un gasto de 3.000 millones de euros. La estructura, destinada a unir a Rusia continental dicha península sin pasar por territorio ucraniano, pone fin a la cruenta invasión rusa y despliega una intalación que incluye cuatro carriles para vehículos -dos en cada dirección- y dos vías de tren -una en cada dirección, que se terminarán a finales de 2019-.

Y sobre el segundo apartado, el relativo a la RIA Novosti, ha sido el Servicio de Seguridad de Ucrania el que ha detenido y acusado a Vishinski de alta traición y apoyo a las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Este emisario recibió la misión de “viajar a Crimea para realizar actividades subversivas”, reza el comunicado ucraniano, que recuerda que tanto Vishinski como otros periodistas fueron premiados por Putin al cumplir el objetivo de la anexión de Crimea.