En 2015, Estados Unidos, bajo el mandato de Barack Obama, junto con Rusia, China, Francia, Alemania y Gran Bretaña firmaron el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC, nombre oficial del acuerdo con el que estas seis potencias buscaban evitar que Teherán desarrollara poderío nuclear, sobre todo, con fines bélicos). Ese fue el resultado de diez años de intensas negociaciones, en las que Teherán desarrolló una infraestructura para defensa estratégica, dígase de otra forma, la posesión de una bomba atómica.

El pacto obligaba a la nación islámica a eliminar sus reservas de uranio enriquecido medio y a deshacerse del uranio enriquecido al 98 por ciento. También tenía que reducir sus centrifugadoras de gas durante un periodo de trece años. Asimismo, daría su consentimiento para que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) tuviera acceso regular a todas las instalaciones nucleares iraníes. A cambio de esto, se levantarían las sanciones económicas y financieras que se impusieron a Teherán para presionarlo a desistir de sus intentos de proliferación nuclear bélica.

Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró de este acuerdo por considerar que se trataba de un pacto unilateral, que no garantizaba nada. De hecho, lo calificó como un “tratado horrible que no ha traído la paz y que nunca lo hará”. Desde su llegada al poder, el magnate inmobiliario ha tenido entre ceja y oreja la política de su predecesor, tratando de acabar con sus vestigios en todos los sentidos, y el pacto nuclear iraní no sería la excepción.

Para expertos internacionalistas como Moisés Garduño, doctor en estudios árabes e islámicos contemporáneos por la Universidad Autónoma de Madrid, el retiro de Estados Unidos de un plan estratégico deja a Oriente Medio en una situación alarmante pues, por una parte, se prevé una mayor beligerancia en el conflicto de Siria y, por otra, se deja a Israel que ataque libremente las fuerzas iraníes en la crisis siria. Un día después del anuncio de Trump, Tel Aviv ordenó un ataque quirúrgico contra posiciones iraníes en Siria “para tratar de debilitar las capacidades iraníes en ese país”.

Asimismo, el también maestro en estudios de Asia y África con especialidad en Oriente Medio (Colmex) señala que es una prueba de que Donald Trump está creando una nueva alianza con Israel y Arabia Saudita, enemigos acérrimos de Teherán, para reconfigurar la región sin la amenaza iraní. En momentos en que se preparaba a salir rumbo a Teherán, el catedrático concedió estos comentarios vía telefónica a Siempre!

¿Qué implica la salida de Donald Trump del acuerdo nuclear con Irán?

Tiene más que ver con su política doméstica. Si vemos bien la situación, podemos advertir que la salida del mandatario estadounidense no tendrá un efecto inmediato, pues todavía hay una orden ejecutiva que no termina con todas las sanciones como supuestamente lo quería Estados Unidos, es decir, que deja la posibilidad de algunas transacciones con ciertas personas de la administración y de la economía estadounidense con sus contrapartes iraníes. Esto es para no lastimar los negocios posibles que haya con la empresa Boeing, que ha tenido un contrato de 100 aviones con Iran Air, la aerolínea principal de ese país.

Eso es lo único que se mantiene a pesar de la salida de Donald Trump. Obviamente, a largo plazo, vamos a ver la imposición de más sanciones que van a cambiar la historia paulatinamente, pero la gran cosa que gana Trump tiene más que ver con su base interna, una base particularmente de carácter sionista cristiana conservadora, que sustenta a Donald Trump en el interior de Estados Unidos. En segundo lugar, gana una posición geopolítica por parte de los aliados regionales en Oriente Medio que son fundamentales para su política exterior; uno es Israel que presentó una serie de documentos, que previamente ya había presentado la Agencia Internacional de la Energía Atómica, pero que se ve como una presión previa para que Donald Trump se salga del pacto.

El segundo actor es Arabia Saudita que, sin duda alguna, es otro país que trata de contener la influencia de Irán no tanto en Siria o Líbano sino en Yemen, que representa un escenario más de la crisis. Así pues, tenemos que Trump se retira del pacto nuclear iraní para concentrarse en su base interna; para reconfigurar Oriente Medio y para proseguir su camino de desnuclearizar enemigos, como ya inició su estrategia con Corea del Norte.

En realidad esos son prácticamente triunfos de Trump que se desprenden totalmente de la práctica diplomática de Obama, pero para mí es preocupante lo que ha hecho.

¿En qué situación queda Irán al respecto?

A pesar de estas ganancias particulares para su grupo y su administración, las consecuencias de este anuncio son grandes en términos nacionales y de presiones militares. Aparentemente, para los conservadores no va a servir de nada, pues el retiro fortalece los intereses de gente conservadora en Irán y eso es lo que preocupa mucho, pero a la vez lo que tenemos como una especie de consuelo es que hay una declaración conjunta de todos los países sobre Israel y el famoso grupo G-5, que ahora será Grupo 5 menos 1 con la salida de Washington.

Los europeos no solo dicen que van a permanecer en el pacto sino que van a fortalecer lazos económicos con Irán para mantener una estabilidad regional que es lo que se requiere en términos geopolíticos. Actualmente quien sale fortalecido de todo esto es Rusia, pues Estados Unidos le deja todo el mercado iraní a su favor. También China se beneficia, pues tiene concesiones para modernizar la red ferroviaria de Irán, sobre todo en la construcción de trenes de larga y media distancia.

En realidad, Europa está festejando esta acción, principalmente Alemania, que es el segundo socio comercial de Teherán, y Francia, porque le permite comercializar sus aviones Airbus, en abierta competencia con Boeing. Está claro ahora porque Europa no se iba a retirar nunca del pacto nuclear, ya que conlleva grandes ventajas económicas.

Lo que sucederá ahora será un aumento de la retórica agresiva por parte de Donald Trump y de Irán, sobre todo, en las intenciones del escenario sirio con Israel, Irán, Yemen y Arabia Saudita.

Mahmud Ahmadineyad.

Trump y su política iranofóbica

¿Cuál es el trasfondo del manejo de Trump en la crisis regional?

Donald Trump tiene una presión muy fuerte en su base social. Yo lo resumiría así: Trump tiene su propio pacto y es con Arabia Saudita e Israel, eso lo podemos ver claramente. El retiro de Trump tiene más que ver con canalizar una serie de miles de millones de dólares que fue a negociar durante su visita como presidente de Estados Unidos en 2016. Hay que recordar que en lugar de visitar a sus socios México y Canadá, se dirigió más a Tel Aviv y a Riad. En esa esa primera visita como presidente fue donde él negoció una serie de acuerdos comerciales y de inversiones con el capital saudita. Ahora Trump tiene que dar muestras de que está haciendo una política iranofóbica para que esos recursos lleguen a la economía estadounidense y pueda crear los empleos que prometió para su base social; algo que ha marcado su administración en estos años.

A Trump no le importa mucho la parte internacional. En realidad, está preparando su camino para la reelección y para eso necesita canalizar una gran cantidad de recursos. El pacto nuclear en realidad no era un problema, porque siempre dejó fuera de toda negociación las capacidades disuasivas y defensivas de Irán, hablando particularmente de un programa de misiles.

Irán, atrapado en la crisis siria

En este escenario ¿cómo ve la reacción de Irán?

Hay que recordar que Irán se encuentra entre dos países intervenidos militarmente que son Irak y Afganistán, con un país enfrente que es Arabia Saudita, el cual se ha convertido en el segundo mayor comprador de armas de todo el mundo después de India. Por ello Irán considera que debe tener estrategias defensivas y disuasivas para mantener un mínimo de estabilidad y de seguridad nacional en ese panorama regional. Por ello, Teherán ha buscado estar presente en un escenario donde intervienen fuerzas militares, incorporando una serie de milicias que puedan entrar en el terreno para favorecer la demografía y la opinión pública en su favor; el escenario sirio es una prueba.

Mientras Bashar al Assad va a ir recuperando casi el 85 por ciento del territorio sirio perdido durante la guerra, la presencia iraní aumenta proporcionalmente a tal grado que ahora se encuentra a solo 80 kilómetros de la frontera más cercana entre Líbano y Siria. Los iraníes ya están cerca de los Altos del Golán, específicamente en la zona sur donde se encuentra Kunaitra. Esto ha puesto en alerta a los israelíes, a quienes ya les ha derribado un avión en enero pasado, cosa que no ocurría en 20 años en la región.

Trump suelta a Israel contra Irán

¿Cómo se encuentra Israel en esta perspectiva?

Israel está nervioso porque ha visto que prácticamente Irán está en la vuelta de la esquina; cosa que también ha ayudado a encender las alarmas y a presionar a Donald Trump para que tome la iniciativa de retirarse del pacto. Sin embargo, otra lectura que tiene que hacerse de esto es que Trump le está pidiendo a Israel que se haga cargo de su propia seguridad, que se comprometa más en el escenario sirio para tratar de defender sus propias fronteras como cualquier estado nacional. Lamentablemente lo que vamos a tener ahora es una injerencia mayor de Israel, el escenario sirio se irá polarizando aún más en el sur de Siria, con lamentables pérdidas de vidas civiles.

La guerra entre estas partes no es una guerra declarada en los territorios en ninguno de los que participan. Siria es el ring de todos ellos. Irán e Israel están al sur de este país. Turquía, los kurdos y Estados Unidos están al norte. Bashar al Assad con la posición central y los rusos en la parte del Mediterráneo. Esa es, más o menos, la distribución bélica que tenemos en Siria y cómo afecta la región de manera geopolítica en Oriente Medio.

Lo que vamos a ver a partir de ahora lamentablemente es un aumento de las tensiones y hay hasta quienes dicen que el retiro de Donald Trump del acuerdo pone a Estados Unidos en el camino hacia la guerra con Irán. Yo más bien creo que son declaraciones muy atrevidas, sin embargo esto no contribuye a una paz genuina y una seguridad regional, sino más bien a una desesperanza de echar por la borda diez años de diplomacia, que eso fue lo que costó el pacto.

Hay una transición de Estados Unidos de pasar a hacer lo que siempre quiso y que se detuvo con el despertar de Rusia en el sistema internacional y la fortaleza económica de China. Estados Unidos no quiere quedarse atrás en este reacomodo constante de los diferentes polos de poder que sucede en diferentes regiones del mundo.

Unión Europea, dispuesta a defender el pacto: Klaus Rudischhauser, Embajador de la Unión Europea en México

La Unión Europea está muy decidida a defender el acuerdo porque es muy importante para garantizar la seguridad del mundo y por eso vamos a hacer todo para defenderlo. Vamos a hablar con todos los socios del mundo para defender el pacto y ver cómo podemos avanzar y hablar con Estados Unidos para limitar el efecto de este anuncio. Para nosotros este acuerdo es indispensable y vamos a defenderlo.