El presidente de EEUU, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, firmaron un “detallado” acuerdo tras su histórica cumbre en Singapur que “va suponer un gran cambio para el mundo”.

Tras más de cuatro horas de reuniones en el hotel Capella de la isla de Sentosa, Kim y Trump protagonizaron una ceremonia para firmar el documento conjunto, que será hecho público en breve y que supuso el final de la cumbre.

Corea del Norte se ha comprometido a trabajar en su completa desnuclearización, según recoge el acuerdo. El texto, que todavía no se ha hecho público oficialmente, señala que Corea del Norte “se compromete a trabajar en la desnuclearización completa de la península coreana”. Trump, por su parte, se compromete a proporcionar “garantías de seguridad” a Corea del Norte. El propio presidente estadounidense ha adelantado que Kim se ha comprometido a destruir una instalación de pruebas de misiles al tiempo que Estados Unidos dejará de realizar ejercicios militares en la península de Corea.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, Trump ha anunciado que traerá de vuelta los restos de 6.000 estadounidenses asesinados en Corea del Norte: “Los restos regresarán”. Sobre las sanciones que pesan sobre Corea del Norte, el presidente de EEUU ha supeditado su cancelación a la existencia de armas nucleares.

El esperado e histórico encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se ha producido por fin, después de meses de negociaciones entre ambos países. Ha tenido lugar en la ciudad de Singapur y comenzó con un apretón de manos.

Trump entró por la derecha y Kim por la izquierda a un patio del hotel, y se estrecharon la mano sobre una alfombra roja y frente a una decena de banderas de Estados Unidos y Corea del Norte. El presidente estadounidense dijo unas pocas palabras al líder norcoreano y le tocó levemente el brazo derecho, mientras Kim permanecía en silencio.

El presidente estadounidense pronosticó que desarrollará “una relación estupenda” con el líder norcoreano al comienzo de la primera cumbre de la historia entre los dos países. El líder norcoreano, por su parte, afirmó que su país y EEUU han superado “muchas viejas prácticas, prejuicios y obstáculos” para conseguir celebrar la histórica cumbre.

Trump llegó tres cuartos de hora antes del comienzo de la cumbre, a las 08.14 de la mañana, después de un trayecto de menos de 15 minutos desde su hotel, el Shangri-la. Kim salió un poco más tarde de su hotel, el Saint Regis, y se dirigió también por carretera a la sede de la cumbre. Kim salió un poco más tarde de su hotel, el Saint Regis, y llegó poco después de las 8:30 a la sede de la cumbre.

La reunión ha sido la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra Corea (1950-1953), y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.

“Los odiosos y perdedores dicen que el hecho de tener una reunión es una gran pérdida para EEUU. Tenemos a nuestros rehenes, las pruebas, investigaciones y todos los lanzamientos de misiles se han detenido, y esos expertos, que hablaron mal de mí desde el principio, ¡no tienen nada más que decir! ¡Estaremos bien!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

Mientras, los medios norcoreanos hablaron hoy de una nueva era en las relaciones de EEUU y señalaron que los temas de la cumbre serán “la construcción de una paz permanente” y “la implementación de la desnuclearización en la península coreana”. El método y los plazos del desarme de Corea del Norte son sin duda el principal escollo de las negociaciones.

Historia de un desencuentro

El régimen de Kim Jong-un mostró su disposición a abandonar sus armas nucleares durante la cumbre que las dos Coreas celebraron el pasado 27 de abril en su frontera, pero no quiere que se le imponga un fórmula unilateral y prefiere un proceso de desarme progresivo.

Por su parte, el Gobierno de Trump ha insistido en que su exigencia irrenunciable es alcanzar una desnuclearización “completa, verificable e irreversible”, aunque en los últimos días ha abierto la puerta a un proceso de desnuclearización “por fases”.

De cualquier modo, la desnuclearización completa de Pyongyang sería compleja y difícil de verificar, una labor que podría durar más de una década, ya que no se conocen sus capacidades nucleares exactas o dónde se ubican estas armas.

En cuanto a las garantías para la supervivencia del régimen, Pompeo aseguró que Pyongyang tendrá “una certeza suficiente” de que “la desnuclearización no acaba mal para ellos”. “Estamos preparados para ofrecer garantías de seguridad que son diferentes, únicas, respecto a lo que Estados Unidos ha hecho en el pasado”, adelantó el jefe la diplomacia, sin dar más detalles.

Una de las reclamaciones históricas de Pyongyang para garantizar la permanencia del régimen ha sido un acuerdo de paz entre los participantes en la Guerra de Corea (1950-1953), algo que supondría una garantía de peso para el régimen norcoreano.

Estados Unidos mantiene desplegados a casi 30.000 soldados en el sur de la frontera, porque el armisticio firmado tras el conflicto nunca fue reemplazado por un tratado de paz definitivo.