Mario Calderón

En las investigaciones que hecho sobre análisis literario, encuentro que en la narrativa (cuento y novela) es usual que los autores otorguen a sus personajes un nombre simbólico o relacionado con su papel en el relato. Al reflexionar sobre este método que he llevado a cabo sobre la lectura del entorno o adivinación a través de los símbolos que nos rodean, advertí que, en el caso de los nombres propios de persona, en la historia, en “la vida real”, por igual existe relación entre el significado del nombre (significante) y el individuo que lo porta (significado). La posible explicación es que la palabra atrae al presagio, es decir, programa de manera inconsciente a los humanos y después de muchos años, en la edad adulta, se observa claramente el vínculo entre significado y significante, aminorándose de esta manera la arbitrariedad propia del signo lingüístico a la que se refirió Ferdinand de Saussure. De modo más detallado presento ejemplos y características del método en el libro de mi autoría Historia y cultura mexicana a través del lenguaje (Eón / University of Texas at El Paso, 2011).

En el caso de los contendientes por la Presidencia de México, sus nombres arrojan la siguiente interpretación.

José Antonio Meade Kuribreña

José: Hebreo, Yosef: “él añadirá”, “él acrecentará”, “acrecentador”. Antonio, del griego Anteón: “el defensor”. Meade, apellido originario de Irlanda, naturalizado en España y México, significa “pradera”. Kuribreña es un apellido formado por dos términos: Kuri, libanés, sacerdote; Breña, lugar del monte quebrado y espeso, sacerdote de un lugar quebrado y espeso. José Antonio Meade: “acrecentador de la defensa de la pradera, sacerdote de lugar quebrado y espeso”. La pradera es metáfora de México. Este político sería un magnífico defensor del país en todas las áreas.

Este político sería un magnífico defensor del país en todas las áreas.

Ricardo Anaya Cortés

Ricardo: Germánico, Richard, de rich o rik, “Jefe, príncipe poderoso” y hard, “audaz, fuerte”. Ricardo es “jefe audaz” o “fuerte en el poder”. Anaya, de origen árabe: al nahya: “agua estancada”, “agua o vida estancada”. El agua para el inconsciente es símbolo de vida. Cortés, educado. Ricardo Anaya Cortés: “Jefe audaz, educado, fuerte en el poder en el agua o vida estancada”. Este personaje ya ha dado muestras de ser jefe audaz de su partido en la vida mexicana con escaso desarrollo.

Jefe audaz de su partido en la vida mexicana con escaso desarrollo.

Andrés Manuel López Obrador

Andrés, del griego, “Varonil, masculino, hombre”. Manuel, Hebreo, “Con nosotros está Dios”. La palabra Dios connota lo excelente. López, del latín lupus, “lobo”. Considero que, al descifrar la metáfora, resulta el concepto “agente”, político hábil. Obrador: “Trabajador, realizador”. El significado completo es “Varón de excelencia, lobo o agente, hábil político trabajador”. La coincidencia nombre-obra puede observarse en que su lema de campaña para gobernar el Distrito Federal fue “Honestidad Valiente”, la palabra Valiente está muy cercana en el significado cultural a la palabra “hombre, hombría”; el significado de la palabra Obrador se justifica perfectamente con el hecho de que durante su jefatura de gobierno en el entonces Distrito Federal, comenzaba a trabajar desde las seis de la mañana. El apellido lo acerca e identifica con la clase mexicana trabajadora.

El apellido lo acerca e identifica con la clase mexicana trabajadora.

Jaime Rodríguez Calderón

Jaime procede de Jacob, hebreo, “el suplantador”. Rodríguez, germánico, “poderoso por su fama”. Calderón, del latín, aumentativo de caldera “vasija de metal grande que sirve para calentar agua o cualquier otra cosa”. Jaime Rodríguez Calderón: “suplantador poderoso por su fama que calienta o agita el agua”. La relación del nombre con la obra de este personaje se observa en que él, por su fama de líder, suplantó como candidato independiente la institucionalidad propia de los partidos políticos. De esta manera ha agitado o calentado la vida política mexicana.

Suplantó como candidato independiente la institucionalidad propia de los partidos políticos.