Muchas felicidades a los que tienen la dicha de ser padres.

Agotados los tres ejercicios de debate entre los candidatos presidenciales, prácticamente la elección está concluyendo. Las dos semanas que restan de campaña, se consumirán con los cierres formales en las plazas públicas de las entidades donde cada uno de los contendientes se sienta mas fuerte.

Después vendrán los das finales de silencio —lo cual es un bonito deseo, pero no sucederá, ya lo veremos—  y reflexión para que los ciudadanos puedan discernir en santa paz a quien le darán la confianza y el sufragio para que sea el próximo Presidente de la República. Serán los momentos mas álgidos de toda la contienda, ya que cada cuarto de guerra estará afinando la estrategia a seguir para el denominado “día D”, en el que todo se definirá.

Serán semanas muy complejas, más que las que ya hemos vivido. Lo podemos observar con lo que sucedió en el tercer debate, unos vieron un gran ejercicio de confrontación de ideas, propuestas, proyectos y acciones a ejecutar por el próximo gobierno. Otros vieron un ejercicio, acartonado, rígido, inflexible y aburrido. Ambas visiones tiene puntos de coincidencia, por algunos momentos esta actividad dio chispazos interesantes, pero desafortunadamente, la mayor parte del tiempo no produjo nada interesante, ni extraordinario.

Los tres debates de esta contienda presidencial tuvieron algunos matices de diferencia y soltura respecto a los anteriores. Pero exhibieron varias fallas.

La naturaleza del debate es la confrontación: de personalidad, propuestas, ideas y proyectos de los candidatos, que permitan a los electores definir su apoyo. El centro de los debates son los debatientes, no los organizadores, ni los conductores que debiesen de ser facilitadores, no protagonistas ni árbitros inflexibles, están para ayudar a generar el debate, no para limitarlo.

La mayor preocupación de la autoridad electoral, parecía ser que el evento se viera bonito y bien. Llegar a los extremos de acordar hasta la vestimenta de los debatientes, resulta extremo e innecesario. Parte de la libertad, en todo, inclusive en las prendas que elegirán en cada evento, define sus formas y gustos particulares, que dan oportunidad de saber si nos gustan o no sus decisiones, desde lo más básico hasta lo más complejo, de manera integral.

Pasados los debates, la enseñanza es que aún hay mucho por hacer en los ejercicios futuros y que la elección entró en la recta final.

Ahora además de competir con el galimatías creado por las propuestas de todos colores y formas, la elección y los candidatos, se enfrentarán contra la ola de pasión y fervor futbolero con el Mundial de Futbol que se celebra en Rusia.

Por cierto, hoy es el juego de México contra Alemania. Deseo el mayor de los éxitos en la cancha a nuestro país, y que ojalá el regalo para todos los padres hoy en su día sea el triunfo de nuestra Selección Nacional.

@perezcuevasmx

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