Por si todavía no se habían dado cuenta que sí hay una guerra mundial, aunque sea comercial, ahora sí lo verán. La actitud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante el resto de sus “aliados”, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Canadá, con los que integra el grupo de los Siete, ha dejado en evidencia que el nuevo Washington viene más autoritario que nunca.

De hecho, ya se percibe una crisis diplomática, luego de los desplantes de Trump con su contraparte canadiense Justin Trudeau, a quien le dio un zape al calificarlo como “débil y tramposo”. Esta fue la respuesta del magnate inmobiliario a las constantes apreciaciones no sólo de Canadá, sino del resto de sus aliados, que le reclamaban su posición antiglobalizadora, así como su política arrogante que sólo consigue desestabilizar más que concretar.

Trump ya tiene encima el frente abierto con Corea del Norte, con el cual dialogará en las próximas horas cuando se reúna con el dirigente Kim Jong-un en Singapur. También le apura la cuestión de Irán, de cuyo plan se retiró por considerar que Teherán continúa con sus planes de fabricar armas nucleares, dando al traste con el pacto apoyado por la Unión Europea. Ahora, el mejor frente que ha encontrado para unificar su combate es indudablemente el comercial, desde donde espera lograr todo lo quiere: el desarme de Corea del Norte e Irán, favorecer el protagonismo de Israel en Medio Oriente, aumentar el debilitamiento de la Unión Europea, sobre todo de Alemania al imponerle aranceles a los autos provenientes de ese país, como ya también lo ha considerado hacer con los vehículos japoneses y, de paso, dar el portazo final al acuerdo climático. Todo bajo la fórmula acusatoria de que el mundo le ha robado a Estados Unidos.

La reunión de las siete potencias comerciales ha sido la más sombría en su historia desde 1997, cuando se fundó. Aunque el presidente francés Emmanuel Macron anunció que el grupo había llegado a una resolución final, en realidad para la mayoría de los analistas internacionales no hay tal percepción, por le contrario evidencia el inicio de una clara ruptura entre el eje de los superpoderes mundiales.

Macron indicó que, entre los acuerdos asumidos en la reunión de Quebec, están la modernización de la Organización Mundial del Comercio, el recorte de aranceles, ambos aspectos exigidos por Trump. Sin embargo, el resto del grupo se mantuvo fuerte en su intento por seguir luchando “contra el proteccionismo” y defendieron el programa nuclear de Irán, para lo cual se comprometieron a que “siga siendo pacífico”. El pacto, logrado durante la administración de Obama, ha sido fuertemente defendido por Alemania.

La foto en la que la canciller Angela Merkel y Donald Trump se miran con abierta rivalidad refleja el trasfondo de la situación real entre las principales potencias comerciales del mundo. Trump, de hecho, abogó en un momento por eliminar todas las barreras arancelarias, peor al parecer fue sólo un decir, pues inmediatamente retomó el caso del sector lácteo de Canadá que impone el 270% de arancel a los productos de ese sector provenientes de Estados Unidos.

En un intento por darle un espaldarazo tanto a Merkel como a Macron, Trump aseguró que “la relación con Angela [Merkel] y Emmanuel [Macron] es de 10”. “No les culpo a ellos, sino a mis predecesores, no solo Barack Obama, esto lleva 50 años”, aseguró, pero resaltó que tendrá que haber cambios en material comercial. “No tienen elección, deben hacerlo”, recalcó, porque, de otro modo, “no comerciaremos”.

Sólo para que lo sepan: El país que más feliz resultó de esta cumbre fue Rusia. Según medios internacionales, el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, arremetió contra el Kremlin, al decir que está orquestando una estrategia para dividir a los aliados. “Rusia lanzó una campaña de influencia sin precedentes para interferir en el proceso electoral y político de Estados Unidos en 2016”, dijo. “Continuamos viendo ataques rusos contra la sociedad estadounidense de maneras que podrían afectar nuestras elecciones a corto plazo”, puntualizó refiriéndose a las cercanas elecciones del congreso en noviembre próximo.