En la Ciudad de México, existe una liga de futbol para invidentes la cual está conformada por 6 equipos y cada equipo juega con 6 personas; cuatro invidentes, un débil visual y un vidente el cual es el que ayuda a repartir el juego y éste al contar con una buena vista tiene ciertos límites que solo hacen que funcione como el repartidor del juego, ya que la liga esta diseñada especialmente para los invidentes.

Una de las reglas es que los porteros sean invidentes para que no les cause ventaja. A cada guardameta le ayuda a desarrollar mejor su sentido del oído para saber en qué punto se encuentra el balón y así poder evitar que les anoten un gol. Muchos de los jugadores, sufren ríen y festejan en cada uno de los encuentros que aquí se disputan. Asisten para relajarse y convivir con sus compañeros después de una larga semana de trabajo y estrés.

La liga de futbol para ciegos o “invidentes” es un espacio para la reunión que tienen personas con discapacidad de este tipo. Algunos de ellos nacieron con la ceguera mientras que otros debido a laguna enfermedad fueron perdiendo la vista y otros tras un accidente. Cuando se encuentran con alguna otra persona en su misma situación lo apoyan llevándolos a una escuela para ciegos, donde les enseñan a integrarse nuevamente a la vida social y laboral; además de invitarlos al futbol.

En cada uno de los encuentros  los equipos debe llevar sus propios balones; un balón profesional para ciegos, en tiendas especializadas tiene un precio relativamente caro y que para los jugadores les es imposible adquirirlo. Muchos de ellos se dedican al comercio informal en las calles y vagones del metro por lo que viven al día. El balón creado por el jugador Miguel Canela, es de plástico y se le inserta balines para que al rodar éste suene y lo puedan identificar. El periodo de vida de cada uno de estos balones es de 1 a 2 partidos ya que con el juego se van rompiendo poco a poco.

Al final de cada encuentro, los jugadores se retiran de la cancha en compañía de sus familias o con sus demás compañeros.

>>Texto e imágenes de Enrique Ordóñez a través de la Agencia Cuartoscuro<<