A aproximados 100 kilómetros de Xalapa, Veracruz, se encuentra la comunidad de Los Baños, misma que recibiría uno de los mayores impactos ambientales al tener a pocos kilómetros el proyecto minero Caballo Blanco, de la empresa canadiense Almaden Minerals, que pretende iniciar la explotación de 20 toneladas de oro que se encuentra en el subsuelo de la región.

Ubicada a pocos kilómetros de Villa Rica, lugar al que llegó en 1519 el ejército de Hernán Cortés; esta región también resguarda el sitio arqueológico de Quiahuiztlán, un asentamiento Totonaca que data del periodo Epiclásico. En Veracruz, la riqueza está por doquier, tanto que se puede notar a simple vista, en la cotidianidad, caminando por las pequeñas ciudades o andando sobre la carretera recorriendo los municipios.

Recorren diariamente senderos en las montañas que les permiten conocer, como la palma de su mano, paisajes llenos de color verde, una muy variada y ancestral vegetación. Como la Cícada, una planta endémica que data de la era mesozoica y sobre la que la empresa Candelaria Mining ha propuesto cambiar su hábitat natural, “resguardarla” en un invernadero que “ayudaría a su conservación” y les permitiría a ellos llevar a cabo sus actividades mineras.

El agua, un elemento tan vital para el ser humano, juega un papel muy importante en la región ya que, por los dos municipios corren los ríos Actopan y La Antigua y abastecen de vida a todo el ecosistema y a las comunidades cercanas. La actividad minera amenaza con terminar con este elemento, pues para obtener un gramo de oro, la minería a cielo abierto requiere de 380 litros de agua. Entonces, para vaciar el “nuevo El Dorado”, las empresas tendrán que usar tanta agua como encuentren. Una preocupación de los pobladores y que muestra el papel del Estado mexicano, es el Decreto Oficial que el pasado 21 de abril, Enrique Peña Nieto firmó para suprimir las vedas de estos ríos, lo que significa que ahora las empresas podrán tomar y utilizar de manera legal los litros de agua requiera, por ser prioridad para el país el “desarrollo económico”.

La comunidad vive de la agricultura y ganadería, y algunos de los pobladores se han dedicado al ecoturismo gracias a las aguas termales que abundan en la zona pero se han encontrado con gente que no se va a dejar, que pretende resistir, “en esta lucha tenemos que tener mucho amor, queremos que se respete lo que es nuestro, nuestro derecho a la vida, al agua, a respirar aire limpio, a la vivienda, a la salud, a vivir en paz. Lo que queremos es vivir en paz”, comparte Ascensión Sánchez, agente municipal de la comunidad de Los Baños e integrante de la Unión Veracruzana de Pueblos Libres de Minería Tóxica.

>>Texto e imágenes de Adolfo Vladimir a través de la Agencia Cuartoscuro<<