“La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto”.
George Bernard Shaw
Gibraltar es una de las naciones más pequeñas del mundo, pero con una inmejorable posición geopolítica. Con 6.5 kilometros2 de extensión, y a una distancia menor de 9 millas del continente africano, esta demarcación es la puerta de entrada y salida a la navegación del mar mediterráneo, lo que es estratégicamente útil para el comercio y la seguridad de diferentes países de Europa y África. Con tres siglos bajo el dominio británico, este territorio ha logrado su autosuficiencia económica, gobierno local (asamblea de 17 miembros) y una mejor calidad de vida que su vecino España. Cabe destacar que Gibraltar es uno de los 17 territorios no autónomos -único en Europa- enlistado por el Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas.
¿Qué tan cerca está Gibraltar de ser un país libre e independiente? Al parecer muy lejos. Si bien aún es parte de la Unión Europea hasta que los acuerdos del Brexit entren en vigor, es claro que los gibralteños defenderán los logros obtenidos en su actual estatus. Ejemplo de esto fue su participación en el referéndum para decidir su permanencia o no en la Unión Europea, la cual tuvo un resultado favorable con un 95% de continuar perteneciendo a este bloque, el resultado más alto registrado en la consulta que decidió la salida del Reino Unido de la UE. En gran medida esta participación fue por la importancia social y económica de la relación con España, única nación con la que comparte frontera terrestre.
A lo largo del siglo XX se realizaron foros y consultas ante una eventual soberanía, sin embargo en todos prevaleció la decisión de pertenecer al Reino Unido. Entre los beneficios logrados es tener mayores ingresos y calidad de vida en contraste con diferentes países europeos; esto, con una autosuficiencia económica que supera las limitaciones de su escaso y rocoso territorio en que la agricultura y ganadería es una práctica nula, y que la industria está limitada, en gran medida a lo que pueda realizar su infraestructura naval.
Una anexión a España también esta prácticamente descartada pese a declaraciones políticas en este sentido. En Gibraltar el idioma, cultura e historia crearon una nación propia, con grandes influencias del Reino Unido, España, África y Europa, lo que dio origen a expresiones genuinas de parte de la población, que conformó una unidad y que han expresado su rechazo a estas propuestas.
En Gibraltar fueron notables los cambios políticos en los últimos 30 años, ya que la demarcación pasó de ser un puesto de avanzada militar (60% de los ingresos financieros eran por parte del presupuesto de fuerzas armadas del Reino Unido en 1984 frente a 7% de 2017) a un centro monetario importante, lo que dio origen al establecimiento de firmas bancarias en su territorio, pero también sospechas por lavado de dinero. Otro avance de importancia fue el desarrollo del sector turístico, ya que el año pasado los cerca de 30 mil habitantes de esta colonia recibieron la visita de once millones de turistas extranjeros, lo que refuerza su economía local sin la intervención masiva de recursos por parte de las autoridades británicas.
Al inicio de su cuarto siglo bajo dominio inglés, la pequeña colonia de Gibraltar ha destacado por preservar su status quo en una Europa que ha vencido las fronteras, pero que en este caso persiste la aduana, aunque haya libre paso por ser espacio Schengen. Si bien algunas comunidades españolas vecinas como Tarifa o Algeciras han desarrollo infraestructura naval para comerciar con África, Gibraltar sigue siendo un puerto activo de gran trascendencia para el porvenir de los países que conforman la cuenca del Mediterráneo.
La calidad de vida en esta posesión británica es buena: su Índice de Desarrollo Humano (IDH) es de 0.909, clasificado como muy bueno, en gran medida por la dependencia a su metrópoli. Su ingreso per cápita creció 50% después de la crisis financiera de 2008, para ser calculado poco menos de 62 mil dólares estadounidenses anuales en 2014; uno de los veinte mejores a escala internacional, por encima de países de la eurozona como Holanda, Suecia, Alemania, Dinamarca, Francia o el mismo Reino Unido. Al igual que otros países pequeños del viejo continente como Liechtenstein, Luxemburgo o Mónaco, Gibraltar goza de la ventaja de contar con escasa población con especialidad en manejo de sus recursos y atracción de capitales externos, en gran medida de carácter financiero.
Gibraltar también ha apostado por el desarrollo de la marina mercante, la cual pese a su pequeño territorio cuenta con 291 navíos, superando en número a países mayores con litorales más amplios de Europa como Croacia, Finlandia, Bélgica, Polonia, Rumania, Irlanda, entre otros. Este logro ha permitido superar limitantes como la escasez de vuelos comerciales, los cuales están sujetos a las necesidades de su pequeña población y territorio.
Mención importante merece la capacidad de generación de su propia energía eléctrica, lo que ha evitado que Gibraltar importe este bien de España. Además de que es un auxiliar importante para los sectores navieros, financieros y turísticos que conforman las principales actividades comerciales de la colonia británica.
Crisol de culturas, el futuro de Gibraltar forzosamente estará vinculado a dos continentes, como una puerta que comunica y brinda oportunidades entre África y Europa. También estará afín a dos grandes bloques políticos y económicos internacionales, tales como la Unión Europea y la Mancomunidad de Naciones; y dos países: Reino Unido y España. La fusión de estos elementos le ha permitido a la pequeña colonia formar sus características peculiares que lo dotan de una identidad única en todo el mundo.
El autor es Posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas. Universidad de Alcalá de Henares.