Colombia tiene nuevo presidente. Se trata de Iván Duque, el candidato a las elecciones presidenciales celebradas este domingo por parte del partido uribista Centro Democrático. El aspirante electo para liderar una nueva legislativa en el país americano fue declarado vencedor de la contienda electoral cuando se había contabilizado el 98,20 % de las mesas. Así, los resultados señalaron que Duque acaparó 10.204.164 votos, equivalentes al 53,97%.

El perdedor, por ajustado pero suficiente margen en estos comicios de votación sin precedentes, es Gustavo Petro, del movimiento ColombiaHumana. A él le apoyaron 7.906.479 sufragios (41,81%), un respaldo insuficiente para remontar la brecha de 12,16 puntos que hace imposible cualquier variación en la investidura cuando quedan por contabilizar el 1,80 % de las mesas. Así pues, las encuestas acertaron con el caballo ganador.

Duque, de 41 años, tiene por delante la asunción del relevo de Juan Manuel Santos el 7 de agosto próximo y su triunfo llevará por vez primera en la historia de la nación cafetera a una mujer al cargo de Vicepresidencia de Colombia. Será Marta Lucía Ramírez, su compañera de fórmula, la encargada de desarrollar esa labor en un Ejecutivo que ya apuntó muy alto en la primera vuelta -ganaron, entonces, con el 39,14% de los votos, por el 25,08% de Petro).

En su primer discurso como presidente, Duque expuso a la ciudadanía su intención de trabajar para cohesionar a los bandos que se han formado en torno al apoyo o la confrontación con el proceso de paz con las FARC. El acuerdo con la guerrilla ha polarizado unas elecciones en las que el voto de centro ha quedado recluido. “Está de por medio la paz porque la paz de Colombia es un anhelo de todos y la paz implica que pasemos la página de esa fractura donde se nos quiso dividir entre amigos y enemigos de la paz“, proclamó.

“Hoy somos todos amigos de construir una paz y debe ser una paz que ante todo preserve ese deseo de permitirle a la base guerrillera su desmovilización, su desarme, su reinserción efectiva”, añadió un mandatario que fue elegido, en parte, por la dureza de sus ataques contra el acuerdo de paz con las FARC firmado en noviembre de 2016. En campaña ha prometido que ejecutaría “modificaciones” a ese histórico pacto y en esta jornada de celebración lo ha recalcado, aunque con un tono mucho más conciliador.

Esa paz que reclama correcciones, tendrá correcciones para que las víctimas, de verdad, sean el centro del proceso y garanticemos verdad, justicia, reparación y no repetición”, describió, desatando la ovación que le ofrecieron sus seguidores congregados en un centro de convenciones en Bogotá. E hizo hincapié en que la paz que añoran los colombianos “debe llevar a un sano debate de ideas” que de respuesta a los múltiples retos planteados.

En este sentido, subrayó la obligación de “invertir en las zonas golpeadas por la violencia”. Y es que gran parte de esas regiones le han entregado su voto de forma mayoritaria en estas presidenciales. Eso sí, Duque aclaró que no piensa “hacer trizas” el acuerdo de paz. Se desmarca, pues, del ex ministro uribista Fernando Londoño, cuyas declaraciones pusieron en aprietos al hoy presidente. Tuvo que remarcar en su campaña que esa posición era de un miembro del Centro Democrático y no la del partido ni la suya particular.

“Les hemos dicho que no vamos a hacer trizas los acuerdos, pero vamos a garantizar que la paz sea para todos los colombianos, empezando por la seguridad y la justicia, que serán las hermanas indicadas para que brille en todo el territorio nacional la esperanza”, ha desglosado antes de abordar el asunto del narcotráfico. “Los cultivos ilícitos están amenazando la seguridad nacional y obstruyendo el curso institucional del país, acallando a los ciudadanos”, ha diagnosticado antes de finalizar su alocución con la siguiente promesa: “Pueden tener la certeza de que obraré como comandante en jefe de todos los colombianos para defender la Constitución en todo el territorio y que se proteja la vida, la honra y los bienes de los colombianos”.