La imagen de la portada de la revista Time es demoledora. Trump frente a una niña de corta edad que llora desesperada y una leyenda “Welcome America”. La portada, así como una imagen que se hizo viral de un niño centroamericano enjaulado —como muchos otros— en una bodega de McAllen, Texas, recorre las redes y muestra la dolorosa separación de los pequeños de sus padres que, al cruzar la frontera sur, son deportados a Ciudad Juárez o El Paso. Una imagen que muestra la tolerancia cero de Donald Trump, llevada al límite.

El gobernador de Nueva York, Andrew Como, aseguró que “los niños están siendo usados como una moneda de cambio” ante el Congreso estadounidense para obtener lo que el gobierno de Trump quiere.

El repudio del mundo, y en el propio Estados Unidos, a la política migratoria y a la salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU del gobierno estadounidense no se hizo esperar. Aunque en opinión de algunos especialistas, las críticas internacionales —gobiernos, líderes u organismos internacionales—  no le preocupan mucho a Trump, sí en cambio le inquietan las de dirigentes republicanos y gobernadores, e incluso se especula que su propia esposa, Melania, y su hija Ivanka habrían presionado para que diera marcha atrás a la medida.

El magnate se retractó, sin embargo, como lo han señalado autoridades mexicanas, del dicho al hecho hay un trecho muy largo y Trump sabe cómo complicarlo.

Sufrimiento familiar

Quien conoce y vive de cerca la separación de las familias en la frontera es Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, quien recuerda que este no es un tema nuevo, pero que ahora que se vive una situación muy crítica, “una característica de Trump y de su política antimigratoria es el odio que ha mostrado en sus comentarios y en el desarraigo y separación familiar que caracteriza a muchas de las deportaciones desde que es presidente”.

Recuerda que mientras con Obama 80 por ciento de las deportaciones tenían un perfil fronterizo, “con Trump vemos que la mayoría de la gente deportada corresponde a un perfil tierra adentro, gente con más arraigo, más tiempo, más patrimonio, más familia en Estados Unidos”.

Y es que Donald Trump ha provocado el sufrimiento a muchas familias. Se calcula que desde que fue instaurado el programa Tolerancia Cero han sido separados 2,300 niños de más de 1,900 adultos.

Rendón, entrevistada por Siempre!, puntualiza que hay “más de 21 niños mexicanos en el caso especifico de McAllen. Sin embargo, hay que considerar los niños que forman parte de los más de 200,000 deportados que se han dado desde que llegó como presidente. Muchos de ellos con hijos, que se han quedado en Estados Unidos, separándolos de sus padres y dejándolos en hogares sustitutos que afectan su desarrollo emocional y cognitivo de manera irreversible. También vemos muchos menores no acompañados, en su mayoría centroamericanos, que huyen de situaciones muy violentas de los países de origen, que tratan de reunificarse con sus padres que se encuentran en Estados Unidos, pero también hay mexicanos intentando ingresar”.

Señala que las políticas de la actual administración han dado como resultado la disminución en 10 por ciento del número de solicitudes para refugiados, pero también “un aumento en las contrataciones del personal del servicio de inmigración ICE, 18 jueces migratorios más, nuevas medidas hacía las 56 cortes de migración donde hoy se les exige cerrar casos, ya que tienen más de 690,000 casos pendientes y deben cerrarlos para poder deportar a la gente. Vemos nuevos procesos de detener y liberar en la frontera sin respetar los acuerdos previos que había con México de 11 puntos en la frontera y tres vuelos a la Ciudad de México. Se cancelaron los vuelos, los regresan por vía terrestre, aunque dicen que de manera temporal”.

“Mientras tanto, se ha duplicado o triplicado el número de deportados en nuestra frontera norte, en Ciudad Juárez, en Nogales, sufren una presión importante y todo afecta a las familias mexicanas. Lo que más compartimos hoy entre Estados Unidos y México son personas, por eso más que nunca se tiene que poner al centro la relación bilateral hacia las personas”.

“México tiene que ir más allá del comunicado, está muy bien que el canciller Luis Videgaray haya reprobado esta situación. Hay casos emblemáticos como el de de la niña mexicana de 10 años con parálisis cerebral que iba a Corpus Christie al hospital infantil para operarse de la vesícula y en el trayecto detienen la ambulancia, iba con su prima que es ciudadana estadounidense. Al día siguiente de su operación, la llevan a un centro de menores no acompañados, sin serlo”.

“Gracias a la exigencia de la sociedad civil la niña logra salir de este centro y reunirse con sus padres, es el ejemplo de lo que ha sucedido con Donald Trump; los videos filtrados nos muestran cómo también otra de las amenazas hechas por el fiscal Jeff Sessions con la política de tolerancia cero. En la frontera con nuestro país y Tijuana, se está cumpliendo que más de 2,000 niños hayan sido separados de sus padres en las últimas 6 semanas, de manera muy inhumana, ocasionando estrés y traumas importantes en el desarrollo cognitivo y cerebral en estos niños, que va a ser irreversible”.

 

Bloque con gobiernos de América Central

La doctora en políticas públicas por la Universidad de París señala que es fundamental hacer un frente común con América Central “pero hay hacerlo en varios frentes. Por un lado, para hacer una exigencia conjunta ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que se tomen medidas cautelares, que no haya solo un pronunciamiento de la Corte Interamericana, como ya lo hay, o la ONU, sino que tanto el alto comisionado de Naciones Unidas como la CIDH tomen medidas cautelares más fuertes. Por la vía multilateral, con Centroamérica hacer un bloque común y hacer un llamado al mundo para que apoyen a México”.

“Fortalecer un bloque común y hacer presión para que la CIDH ponga sobre la mesa medidas cautelares en contra de Estados Unidos del maltrato que hay en los centros comunitarios, en los albergues, en los centros de menores no acompañados. Que se prohíba a Estados Unidos separar a las familias por el impacto negativo que tienen a través de estas medidas cautelares. Por otro lado, en el tema en la negociación bilateral poner contrapesos, condicionar a Estados Unidos: si sigues maltratando a mis migrantes y a mis niños, no voy a ayudarte en los temas de seguridad y a ver cómo le haces. Es muy importante condicionar la ayuda y la colaboración que tenemos desde hace mucho tiempo con Estados Unidos ante lo que estamos viviendo. México debe tomar medidas más fuertes más allá de un comunicado, debemos ir más allá”.

Destaca asimismo que el  retiro de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos no ha sorprendido a nadie porque el tema multilateral no le importa a esta administración “no sorprende, ya había salido del Acuerdo Internacional de las Migraciones y el Refugio hace casi un año, salió del pacto de las armas, salió del pacto del cambio climático de París, ha salido de varios acuerdos comerciales, el TLC parece que tampoco va a salir.

“El tema multilateral no es importante para Trump, a él solo le importa la política interna, lo ha demostrado. No extraña que se salga del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, sin embargo los mecanismos en donde todavía queda alguna fuerza internacional es la CIDH, a través de estas medidas cautelares. Por eso es muy importante que la voz de México se alce fuerte, con medidas especificas, e ir más allá de los comunicados, de los tuits y de las ruedas de prensa”.

Impasse en legislación migratoria

Rendón también se refirió que el presidente estadounidense no ha logrado sacar adelante la legislación migratoria que busca, “con el tema de los dreamers no logró que sus deseos se hicieran realidad, pero tampoco se logró un contrapeso, es decir ni en una ni otra parte, hay un impasse legislativo en muchos de los temas; si ha habido contrapesos para alguna de las vías de Trump en instituciones norteamericanas, lo hemos visto por ejemplo en el caso de los jueces con los dreamers, donde tres jueces lograron frenar está eliminación del DACA, o de este estatus migratorio especial para los llegados durante la infancia”.

“Trump ha exigido muchas cosas y lo hace tanto por motivos electorales porque esto sí le gusta a sus bases, pero también lo hace por un tema de presión para contar con los recursos para el muro, para contar con los recursos para más seguridad, que es lo que ha estado pidiendo durante el último año”.

Sobre las expectativas en materia migratoria, la también licenciada en relaciones internacionales dijo que son negativas, ”no veo más que esto empeora. El gobierno mexicano no debe minimizar lo que sucede. Dijo el canciller Videgaray que era ínfimo el número de deportados en 2017, casi 180,000 personas”.

“A mí no me parecen ínfimas, y además durante los primeros 3 meses de 2018, vimos un aumento de 40 por ciento en las deportaciones, vemos una presión mayor en nuestra frontera norte, cancelaron los vuelos a la Ciudad de México que traían a 400 migrantes cada semana, hoy están llegando por la frontera norte como Ciudad Juárez o Nogales, donde de por sí ya la seguridad es compleja, y esto viene a meter mayor presión en la dinámica de seguridad y social en estos sitios. Además, hoy no contamos con política de integración adecuada, que va a ser más urgente porque México se está volviendo un país de refugio; antes lo éramos, pero entre mil y 3,000 solicitudes por año teníamos, el año pasado 2017, cerramos con casi 15,000 solicitudes de refugio y tiende a aumentar con lo que estamos viendo en Estados Unidos”.