Benjamin Netanyahu no ha encontrado respaldo en Emmanuel Macron con respecto a su campaña internacional contra Irán. Así de claro lo ha dejado el presidente de Francia en el encuentro que ambos han mantenido en París. Los dos dirigentes trataron la vigencia del pacto nuclear iraní que ha torpedeado Donald Trump, a instancias de Israel. Y en esa conversación el mandatario galo ha subrayado que el acuerdo es necesario.

“El acuerdo no es suficiente, estoy de acuerdo, pero es mejor que lo que teníamos antes. Considero que hay una escalada de la tensión recíproca e invito a todo el mundo a estabilizar la situación y a no ceder ante esta escalada, que solo llevaría al conflicto”, repuso Macron a la llamada de su homólogo a la disolución del pacto mencionado. Macron se mantuvo firme en la defensa de ese acuerdo, a pesar de la presión hebrea y de las circunstancias.

De hecho, el titular de los Campos Elíseos se refirió a la fuga de Trump y al inicio iraní de la construcción de centrifugadoras avanzadas en su gran planta de enriquecimiento de uranio en Natanz -como ha publicado este mismo martes el jefe de la Organización de Energía Atómica de la República Islámica de Irán, Alí Akbar Salehí-. “Cuando decides poner fin a un acuerdo no animas a la otra parte a respetarlo“, sintetizó el dirigente francés al respecto.

Netanyahu, que quiere provocar que Irán vuelva a negociar el pacto al tiempo que Francia ha exigido ampliarlo con el fin de abordar su programa nuclear a partir de 2025, la actividad balística y su política de influencia regional, ha declarado que “he sido muy consistente en mi oposición al acuerdo porque no se puede disociar de las agresiones en la región“. Y no pidió a Macron que abandone el acuerdo por considerar que éste se disolverá por la presión económica desencadenada por las sanciones estadounidenses.

El mandatario israelí, de gira contra Irán por Francia, Berlín y Londres, argumentó que “la mayor amenaza para el mundo es que haya armas nucleares en manos de un régimen radical islamista como el iraní”, y señaló que es “ahora el momento de aplicar la máxima presión” sobre esa nación. Desde luego, en esta fecha han quedado cristalinas las diferencias de los Ejecutivos de Francia e Israel en torno al pacto firmado en 2015 por París, Alemania, Reino Unido, Rusia, China y Estados Unidos -que acordó vigilar el atómico iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán-.

Por último, y lejos de este espinoso asunto, Macron y Netanyahu se vanagloriaron del cariz de “profundidad histórica” de las relaciones bilaterales entre sus países que ha remarcado esta reunión. Y es que este martes se inauguró la temporada cultural Francia-Israel, que cuenta con unos 400 actos en ambos países hasta noviembre. Sin embargo, la seriedad de la actualidad puso sobre la mesa la guerra de Siria y la llegada de nuevos refugiados a Europa.

El dirigente hebreo considera que en este conflicto Irán busca formar en territorios de mayoría suní milicias chiíes que conducirán a una guerra religiosa. Pero Macron volvió a poner freno a esta hipótesis con celeridad. Porque el galo es defensor de la solución de los dos Estados, aunque no tiene previsto reconocer oficialmente a Palestina. “Se percibiría como reacción a un acto unilateral que en mi opinión es un error. La experiencia ha demostrado que el unilateralismo irrespetuoso de las decisiones de otros crea violencia ¿Ayudaría a evolucionar las cosas? No más que la decisión estadounidense”, arguyó.

El francés despidió la charla expresando su “preocupación legítima” por el aumento de la tensión entre Gaza e Israel. Le recordó a Netanyahu la condena internacional a todo tipo de violencia contra los civiles, y éste le respondió que Hamás está detrás de la organización de las protestas en la frontera que acumulan centenares de muertos. Finalmente, el parte conjunto de la cumbre describe lo vivido como un diálogo “franco y productivo”.