A un año de haber logrado una de las victoria electorales más impresionantes en Francia, el presidente Emmanuel Macron, se encuentra en jaque por la investigación de uno de sus principales alfiles de su gobierno. Se trata de Alexis Kohler, secretario general del Eliseo y mano derecha del joven mandatario, quien enfrenta acusaciones de conflicto de intereses y tráfico de influencias.

Al parecer, Kohler estuvo fuertemente relacionado con la familia que controla la firma de transporte marítimo y cruceros MSC (Mediterranean Shipping Company), la cual fue proveedora de servicios del gobierno francés cuando trabajaba en el Ministerio de Economía. La MSC era un cliente privilegiado de STX France, los astilleros franceses de Saint Nazaire, en los que el gobierno galo tiene 33% del acciones.

Kohler es investigado luego que la Asociación de Lucha contra la Corrupción (Anticor) solicitara ante la fiscalía federal la apertura de esta investigación en la que se le acusa de haber aceptado un puesto como representante del Estado en el Consejo de Administración de STX France del 2010 al 2012, cuando trabajaba en el Ministerio de Economía.

El funcionario deberá aclarar si notificó previamente a la Administración federal sobre el posible conflicto de intereses, también si participó en negociaciones que implicaban a MSC y si finalmente se aprovechó de sus cargos para beneficiar a la firma.

Aunque Kohler se encuentra también en la vorágine de los medios de comunicación que fueron los primeros en revelar las sospechas de conflicto de intereses, la presidencia ha salido en defensa diciendo que se trata de argumentos infundados.

“El señor Kohler suministrará todos los documentos necesarios para mostrar que en su comportamiento en todo momento respetó las leyes”, aseguró el Elíseo.

Tras la victoria electoral de Macron, una de sus principales banderas de campaña fue la lucha contra la corrupción bajo la consigna de la “moralización de la vida pública”. A pocas semanas de haber asumido el poder, varios de sus ministros han dimitido por irregularidades en sus cargos, entre ellos el veterano François Bayrou, ministro de Justicia.