Durante el proceso electoral que vivimos, uno de los temas de mayor debate es la urgente necesidad del combate a la corrupción y a la impunidad. Este es, desde luego, uno de los principales problemas que encara el país. La plena vigencia del Estado de derecho es condición indispensable para que México progrese sobre bases firmes. El respeto al principio de legalidad es sin duda un requisito esencial para la consecución del desarrollo sustentable y del bienestar general. Erradicar la corrupción y la impunidad es sin duda un clamor que deriva de un problema ancestral en México. Este problema se ha visto agravado por escándalos de corrupción que han protagonizado varios gobernadores y funcionarios públicos de los tres Poderes, de los tres órdenes de gobierno y aun de los órganos autónomos. Pero sin bien es cierto que este mal hay que combatirlo con criterios institucionales, es también muy importante no generalizar. Es claro que ha habido malos funcionarios pero al lado de estos también ha habido y hay numerosos casos de servidores públicos limpios, honestos, eficaces y eficientes. Son la inmensa mayoría. Muchos de ellos han entregado su vida a la mejor de las causas, el servicio de los demás y una de las formas de mayor trascendencia de esta vocación es precisamente a través de la administración pública.

En tiempos electorales es común denostar todo para capitalizar una sensación de enojo y hartazgo. Pero es muy importante saber distinguir que al lado de muchas cosas que están mal, hay muchas otras que están bien y que se han construido por los mexicanos a lo largo de décadas. Un proyecto de construcción de un mejor futuro debe tomar en cuenta lo malo para corregirlo pero también lo mucho que está bien para sobre esa base seguir avanzando.

Denostar a servidores públicos sin argumentar, con información sesgada y parcial se ha vuelto una práctica común de varios actores políticos y diversos medios de comunicación. Por eso, en este espacio quiero aprovechar para hacer un reconocimiento a muchos servidores públicos de excelencia.

Fernando Solana Morales.

En un ejercicio como este se evocan siempre nombres que en distintas épocas han ejercido la función pública con brillantez y excelencia como Jaime Torres Bodet, Rodrigo Gómez, Gabino Fraga, Javier Barros Sierra, Jesús Reyes Heroles, Jesús Silva Herzog y Fernando Solana por citar solo a algunos, en forma resumida y por lo mismo un tanto arbitraria. Quiero aprovechar también para recordar a los abogados administrativistas y financieros que construyeron en buena medida las bases del México contemporáneo en el siglo XX. Me refiero al grupo de juristas que desde la Secretaría de Hacienda lograron altas tasas de crecimiento de la economía como Eduardo Suárez, Ramón Beteta, Antonio Carrillo Flores, Antonio Ortiz Mena y Hugo B. Margain, por mencionar solo a algunos de ellos. De 1940 a 1970 se lograron altas tasas de crecimiento del PIB y desde 1954 con una notable estabilidad. Este grupo de mexicanos no solo conocieron profundamente el país, sino que entendieron el mundo que les tocó vivir y lo aprovecharon en beneficio de la nación. Esto les permitió fundar instituciones y lograr avances significativos en materia de desarrollo. Fue un periodo de enorme crecimiento demográfico en el que se dio una dinámica industrialización y urbanización de México.

Otro grupo fundamental para entender el México contemporáneo son los ingenieros que han servido al país en las antiguas Secretarías de Comunicaciones y Transportes, de Obras Públicas, de Recursos Hidráulicos, que construyeron una vasta obra de infraestructura. De igual forma, cabe referir a los ingenieros y técnicos que durante décadas han sido los artífices de Pemex y de la CFE, muchos de ellos con enorme reconocimiento internacional. En alguna ocasión uno de los principales empresarios de México me dijo que el secreto del vertiginoso progreso de China eran sus ingenieros. Tiene razón.

De igual forma, podemos hablar de los médicos que articularon el sistema de salud del país. Además de que muchos de ellos fueron médicos notables, como Ignacio Chávez, las generaciones posteriores de especialistas en salud pública lograron grandes avances en la materia en México.

Pero, al lado de ellos hay un enorme ejército de servidores públicos profesionales, en el Banco de México, en el servicio exterior y en numerosas dependencias y entidades. Son miles de maestros, médicos, enfermeras, abogados, ingenieros, militares, marinos, que trabajan cotidianamente con excelencia, honestidad, decencia y entrega al servicio de los demás.

Jesús Reyes Heroles.

Todos ellos deberán encarar nuevos retos. El mundo vive no solo una época de cambio, sino un cambio de época. Así, México deberá encarar además de sus propios problemas un nuevo entorno global, con un crecimiento demográfico muy acelerado y con profundas consecuencias en la economía y en la sociedad; la destrucción progresiva del medio ambiente, los efectos del rebase de los límites naturales del planeta, entre ellos el cambio climático, la sobreexplotación de los recursos naturales y la contaminación en todos los ámbitos. También el país deberá adaptarse a la época de mayor innovación científica y tecnológica en la historia de la humanidad. La digitalización, el desarrollo de la inteligencia artificial, en su sentido más amplio, el vertiginoso avance en todas las áreas del conocimiento y en suma el cambio en todos y cada uno de los órdenes de la vida social.

Esto conlleva el más profundo cambio en las formas de preparar, capacitar, modernizar y profesionalizar a los servidores públicos del presente y del futuro.

México enfrentará retos inéditos, problemas mucho más complejos de los que hasta ahora ha conocido, en un entorno global mucho más inestable. El país requerirá de una administración pública mucho más eficaz y eficiente de lo que ha sido hasta ahora. Es fundamental prepararnos para ese futuro.