Con una nueva mirada a los escritores del boom, Rafael Rojas nos muestra las poéticas y luchas intelectuales y sociales de esa literatura que transformó y dio una vuelta de tuerca a lo llamado latinoamericano, esto a partir de su nueva obra “La polis literaria. El boom, la Revolución y otras polémicas de la Guerra Fría”, una publicación en el que el también autor de Tumbas sin sosiego ha intentado reconstruir esas polémicas entre aquellos escritores y revistas para tratar de abandonar las visiones radicales que aún existen.

De acuerdo con el historiador y ensayista cubano, a diferencia de la participación activa de los autores que vivieron la Guerra Fría, la Revolución cubana y el año de 1968 con la generación del boom literario, actualmente el campo intelectual latinoamericano se ha resquebrajado en los últimos 25 años: “hoy tenemos comunidades literarias que no se conocen entre sí, que no dialogan y eso es lamentable”, apuntó en entrevista para el diario Excélsior.

Recordó que entre 1959, año de la Revolución Cubana, y 1973, cuando se produce el golpe de Pinochet contra Salvador Allende, que son unos 14 años, es cuando sucede todo, pues la intensidad de aquel periodo se escriben las grandes novelas del boom, como Rayuela, Cien años de soledad, La Casa verde, La muerte de Artemio Cruz, Cambio de Piel; época de los grandes debates intelectuales encabezados por Octavio Paz, escritor que tiene gran presencia en la obra editada por TAURUS.

“Estos escritores apostaron por la novela porque entendieron que era el género que daba cuenta del avance de América Latina hacia una modernidad. Y con ello, la literatura latinoamericana alcanzaría su mayoría de edad y tuviera una relación no colonial, sino una relación soberana y de tú a tú”.

Esas sacudidas políticas, aseguró el también investigador del CIDE, fueron las que alimentaron las querellas literarias en la América Latina de entonces, con sus intentos de validar un canon regional o la aparición de una pléyade de revistas y plataformas culturales cuyo espíritu crítico y tensión ideológica podrían hoy sonrojarnos.

Los lectores ahora con La polis literaria podrán constatar la oscilación de Fuentes entre la revolución mexicana y la cubana, la persistencia de Cortázar entre su lealtad política y su imaginación narrativa, la aproximación progresiva de García Márquez a Fidel Castro y la aproximación más abrupta de Vargas Llosa al neoliberalismo, las idas y vueltas de Cabrera Infante entre historia y ficción mientras se convertía en el disidente cubano por antonomasia. Todo ello bajo la sombra de una Guerra Fría cuyo impacto cultural Rafael Rojas conoce como pocos autores.

“Paz y Fuentes eran escritores que provenían de otra revolución, la Revolución Mexicana, y rechazan la sovietización del socialismo cubano porque ven que esa es una manera de desviarse o de traicionar el legado de la Revolución Mexicana”, explicó Rojas, un escritor que se ha convertido en un acérrimo enemigo de la Revolución Cubana, y que ha criticado abiertamente a través de sus obras, los cambios políticos y sociales ocurridos en la isla.