Los esfuerzos de Donald Trump por habilitar una reforma migratoria a su estilo han fracasado hasta ahora. Este jueves, el Congreso estadounidense rechazó un proyecto de ley para impedir la legalización definitiva de migrantes indocumentados que llegan al país con niños. La medida recibió sólo la aprobación de 121 legisladores; mientras que 301 se opusieron, dejándola en el camino y con ella, parte del presupuesto para construir su ansiado muro en la frontera con México.

La bancada republicana consideró que el proyecto no era suficientemente duro para atacar el problema, mientras que para los demócratas carece de una solución viable a la situación de las familias de inmigrantes, que han sido separadas en la frontera.

La votación evidenció que hay fisuras incluso dentro de los aliados de Trump respecto a cómo enfrentar la cuestión migratoria.

Pese al cabildeo realizado por el magnate inmobiliario con los republicanos más allegados a su política, estos no pudieron unificarse en un sólo bloque para apoyar la propuesta del mandatario.

Tras este rechazo, la moneda queda en el aire y Trump sigue sin aplicar su propio criterio para solucionar un problema que considera de importancia en la seguridad nacional. Por el contrario, todo parece indicar que ambos partidos tendrán que  buscar coincidencias en un nuevo plan que además aborde el caso de la separación de las familias.

La propuesta de Trump consideraba una reducción en el límite de inmigrantes admitidos al país, mantenía la mano dura con la inmigración ilegal, aumentaba el control policial fronterizo y reservaba recursos para construir un muro en la frontera con México. Asimismo, autorizaba a 700 mil jóvenes denominados “dreamers” a solucionar su problema de estancia legal en el país.