Luego de que la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras difundiera fotografías de los niños migrantes separados de sus padres en jaulas con colchonetas para dormir en el piso, el trato causó indignación en diferentes partes.

Las imágenes, de uno de los 100 centros habilitados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, en McAllen, Texas; muestran a los niños tapados con papel aluminio. Según The New York Times este centro tiene alrededor de mil 500 niños entre 10 y 17 años.

Las ex primeras damas Laura Bush y Hillary Clinton rechazaron la política de cero tolerancia con la inmigración ilegal del presidente Donald Trump.

Clinton dijo que se trata de “una crisis moral y humanitaria”. Laura Bush expresó que esta política “es cruel, es inmoral y me rompe el corazón”. Además, detalló que en una de las jaulas en donde se encuentran los niños separados de sus padres tenía 20 niños dentro. “También había botellas de agua, bolsas de papas fritas y hojas de láminas grandes destinadas a servir como mantas”.

La directora de comunicación de Melania Trump, aseguró que la primera dama odia ver a los niños separados de sus familias y espera que las dos partes puedan ponerse de acuerdo para lograr una reforma migratoria exitosa. “Ella cree que debemos ser un país que sigue todas las leyes, pero también que gobierna con corazón”.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra´ad Al Hussein, dijo que es un “abuso a menores permitido por el gobierno”.

Trump aseguró que Estados Unidos “no será campo de inmigrantes ni un complejo para mantener refugiados”. Agregó que entre los inmigrantes que buscan entrar al país hay personas “que pueden ser asesinos y ladrones, y muchas cosas más. Queremos un pías seguro, y eso empieza en la frontera. Y así será”.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, dijo que no pedirán disculpas e indicó que “las acciones ilegales tienen consecuencias”. La vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, manifestó que el presidente “no le gusta el proceso” para enfrentar la inmigración ilegal, pero que estas acciones buscan que “se arregle” un problema que ellos heredaron de la administración de 2008.

Una grabación en audio obtenida por ProPublica muestra el llanto de diez niños centroamericanos separados de sus padres. Gritan “mami” y “papá” una y otra vez. La voz de un agente de la Patrulla Fronteriza retumba por encima del llanto. “Bueno, aquí tenemos una orquesta,” bromea. “Faltaba el maestro”.

Una niña salvadoreña de seis años suplica que alguien llame a su tía. Solo una llamada, ruega a cualquiera que la escuche. Dice que ha memorizado el número de teléfono y, en un momento dado, se lo dice a un representante consular. “Y mi mami después que me venga a traer mi tía va a venir lo más pronto posible para irme con ella”.

Desde abril, cuando la administración Trump lanzó su política migratoria de tolerancia cero, más de 2 mil 300 niños han sido separados de sus padres. Más de 100 de esos niños son menores de cuatro años. Los niños se encuentran inicialmente en almacenes, tiendas de campaña o grandes almacenes que se han convertido en centros de detención de la Patrulla Fronteriza.