Los grandes enemigos Donald Trump y Kim Jong-un se reunirán mutuamente en Pyongyang y Washington para continuar las negociaciones bilaterales, con las que se espera llegar a un arreglo viable para desnuclearización de Corea del Norte, un paso muy importante para la pacificación de la península más conflictiva del mundo. Este es el resultado más inmediato de la reunión que tuvieron hace un par de días en Singapur.

El dirigente norcoreano Kim Jong-un fue el primero en dar el paso, algo que le abrió la Casa Blanca para su posterior visita.

“Kim Jong un invitó a Trump a visitar Pyongyang en un momento oportuno, y Trump invitó a Kim Jong un a viajar a Estados Unidos”, anunció el medio estatal KCNA. “Los dos líderes aceptaron con mucho gusto las respectivas invitaciones, con la convicción de que será otra ocasión importante para mejorar las relaciones” entre ambos países.

La cumbre de Singapur, que mantuvo en vilo al mundo entero por tratarse de dos líderes mundiales que han hecho gala de desplantes uno para el otro, se desarrolló con una cordialidad pasmosa que hizo dudar hasta a los mejores internacionalistas. Un Donald Trump complaciente y un Kim Jong-un colaborador parecieron dar fin al duelo nuclear con el que se exhibieron casi todo el año pasado.

Ambos acordaron abordar el paso de la desnuclearización “paso a paso” en busca de la paz regional.

Por su parte, Trump acordó  suspender las maniobras conjuntas con Seúl mientras continúe el “diálogo de buena voluntad” entre Washington y Pyongyang. La propuesta puso sonriente a Kim quien agradeció a su rubio interlocutor por su disposición de resolver sus diferencias “de forma realista mediante el diálogo y negociaciones, lejos de la hostilidad del pasado”, según informes de la agencia norcoreana KCNA.

“Hubo un debate amplio y en profundidad sobre el establecimiento de nuevas relaciones entre la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte) y Estados Unidos y la construcción de un mecanismo de paz permanente y duradera”, dijo la instancia gubernamental. “Para lograr dicho objetivo, así como la desnuclearización de la península, los dos países deberán comprometerse a abstenerse de hostigarse, y tomar medidas legales e institucionales para lograrlo”, agregó.

KCNA indicó también que Washington no sólo ofreció garantías de seguridad a Corea del Norte, sino que consideró “levantar las sanciones en contra (de Pyonyang) junto con el avance en la mejora de la relación mutua a través del diálogo y la negociación”.

“Kim Jong-un aclaró la postura de que si Estados Unidos toman medidas genuinas para construir confianza a fin de mejorar la relación entre la RPDC y Estados Unidos, la RPDC, también, puede seguir adoptando medidas de buena voluntad acorde con ellas”, dijo la agencia norcoreana.