En el tercer y último debate organizado por el INE, los candidatos a la Presidencia de México expusieron 59 propuestas en materia de salud, crecimiento económico, ciencia y tecnología, y lanzaron 36 ataques relacionados a actos de corrupción. Ricardo Anaya Cortés, aspirante de la coalición Por México al Frente, comenzó diciendo que ha sido víctima de una campaña negra en su contra.

“He sido blanco de una campaña brutal de ataques, mentiras e infamias porque me atreví a decir que cuando sea presidente de México habrá una fiscalía autónoma que investigue a Enrique Peña Nieto y su participación en los escándalos del sexenio”.

Anaya Cortés acusó a Andrés Manuel López Obrador de adjudicar sin concurso ni licitación contratos por 170 millones de pesos a su amigo José María Rioboó durante su gestión como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Anaya Cortés lo retó a renunciar a la candidatura si le mostraba las pruebas de dichas acusaciones.

“Te has convertido, Andrés Manuel, en lo que tanto criticabas, y como los del PRI, ya tienes también tus contratistas favoritos; contesta sin chistes, sin payasadas, sí o no”.

El candidato de la coalición Morena-PT-PES negó dichos señalamientos y aseguró que no tienen sentido. “Te digo que no, yo no soy corrupto”.

De ganar las elecciones de 1 de julio, Anaya Cortés se comprometió a hacer justicia en temas como Ayotzinapa, Casa Blanca, Odebrecht. “Tú, José Antonio, y tu jefe Enrique Peña Nieto van a enfrentar la justicia cuando yo sea Presidente de México, porque eso es lo correcto; entiendo que se pusieron de acuerdo con López Obrador, que ya los perdonó, pero la justicia se tiene que hacer en nuestro país”.

El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia negó haberse reunido con Peña Nieto a lo largo de su administración y señaló que fue Anaya quien se reunión seis veces con el titular del Ejecutivo. “¿Sabes qué? No es mi fuerte la venganza; justicia, no venganza, ¡ni a ti te voy a meter a la cárcel!”.

En el debate, el cual se realizó en el Gran Museo del Mundo Maya, en la ciudad de Mérida, Yucatán, José Antonio Meade indicó que el único indiciado algún delito es Ricardo Anaya. Dijo que al único al que se le debería de señalar por el caso de la constructora brasileña es a López Obrador “porque el socio de Odebrecht en México es la familia de (Javier) Jiménez Espriú, a quien Andrés Manuel ha propuesto como su secretario de Comunicaciones y Transportes, y que por cierto no va a llegar, porque va a perder”.

El tabasqueño rechazó la ola de ataques en su contra y aseguró no tener la culpa de que tanto Anaya como Meade estén empatados en las encuestas “y piensan que aquí en el debate van a remontar 30 puntos que les llevo; o sea, yo entiendo que estén desesperados, pero serénense”.

El candidato independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco”, descalificó a los tres candidatos y manifestó que “los tres están denunciados y los tres pueden ir a la cárcel”.

En el tema de la reforma educativa, López Obrador reafirmó su intención de cancelarla ; mientras que Anaya Cortés prometió revisarla y Meade manifestó darle continuidad.

“Voy a cancelar la esencia de la reforma, porque considero que no es una reforma educativa lo que se aprobó, sino tiene más que ver con una reforma laboral; es un mecanismo, una represión, una coerción a maestros. Está dedicada a afectar a los maestros y tiene una orientación neoliberal, privatizadora”, afirmó López Obrador.

Anaya Cortés aseguró que cancelar la reforma educativa y permitir que se vendan y hereden plazas sería “absolutamente criminal”. Meade señaló que cancelarla implicará cancelar también el futuro de los niños y echar por la borda la posibilidad de que aprendan inglés.

El debate, el cual tuvo una duración de dos horas, estuvo moderado por los periodistas Gabriela Warkentin, Carlos Puig y Leonardo Curzio.