Recurrir a las descalificaciones personales o de las herramientas modernas de medición como las encuestas digitales, hecho que de por sí es preocupante, se agrava cuando lo que se desprestigian son los métodos de predicción, con ello se afecta al “beneficiario” de los ataques y se vulnera un canal de expresión ciudadana indiscutiblemente democrático.

Esta semana se publicaron varias encuestas y todas causaron polémica por una u otra razón.

La del diario Reforma causó conmoción porque algunos morenistas comenzaron a circularla desde antes de que se publicara en el propio periódico de circulación nacional.

Pero lo más desconcertante para la mayoría son los números que alcanzó Andrés Manuel López Obrador, que ya rebasó el tope de 50 por ciento de las preferencias.

Pero ningún vocero de los adversarios negó los resultados, sin embargo, aseguran que existen otras encuestas donde la ventaja es menor. No obstante, algunos personajes sí invalidaron la encuesta de Reforma, como el exaspirante Armando Ríos Piter quien la tachó de “chafa”.

La verdad es que esas descalificaciones hechas con el hígado  resultan una forma muy barata de los defensores de oficio de José Antonio Meade Kuribreña, para ayudar a su candidato de la coalición Todos por México.

Dadas ciertas condiciones, como la amplitud de la información obtenida, la representatividad de la muestra y la validez y confiabilidad de los instrumentos de observación, las encuestas sí poseen la capacidad de estimar tendencias y estados de ánimo con respecto a una elección.

Por ello, descalificar las encuestas nada más porque sus resultados no resultan favorables a tu candidato, o a tu patrón, según sea el caso, es una forma de propaganda política que en nada se parece al análisis político y que en cambio si afecta considerablemente el ejercicio de la democracia.

Yo creo en las encuestas, como un indicador de un estado de ánimo de los electores en un momento preciso, son la fotografía de un momento y nada más.

Mi percepción es que si Meade Kuribreña continúa cuestionando los graves yerros de López Obrador, como la inclusión al Senado de personajes tan cuestionados como Nestora Salgado y Napoleón Gómez Urrutia, seguirá creciendo en la confianza ciudadana y puede alcanzar y hasta superar al tabasqueño en la recta final de la contienda.

Mi predicción personal para el resultado de las elecciones de julio próximo es que se tratará de una elección muy cerrada.

Por su parte, la última encuesta de SDP Noticias y México Elige, de los analistas Sergio Zaragoza y Aldo Campuzano, ha demostrado ser la encuestadora más rigurosa en la aplicación de su metodología y por ello se ha ganado una muy plausible confianza de la ciudadanía.

Lo primero a destacar es que este sondeo ha mantenido dos constantes en su trabajo: La primera es que Andrés Manuel se ha mantenido en primer lugar y está avanzando ya con mucha menos velocidad que hace un año. La segunda es que Meade Kuribreña avanza y remonta al segundo lugar, a pesar de que sigue cargando con el desprestigio del PRI y la bajísima aprobación del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Según el último sondeo de México Elige, Meade (24.2) ya rebasó a Anaya, (24.1 por ciento).

Sin duda que si hoy fueran las elecciones, López Obrador pudiera hacer historia. Se avizoran semanas intensas de los dos candidatos punteros: Andrés Manuel y Meade.