En la semana que concluye se cumplieron cincuenta años del inicio del movimiento juvenil del 68 en nuestro país, porque hay que tener presente que esta movilización libertaria y de rebeldía de los jóvenes contra el poder, los paradigmas, los cánones y contra cualquier autoridad, se presentó en todo el planeta.
Así, los jóvenes, con su música, su conducta sexual, su vestimenta hicieron patente su descontento, contra todo, desde las reglas familiares hasta contra el Estado. Lo mismo con sus distintas variables y matices acaeció en Japón, el Lejano Oriente, que en Europa y América. Los jóvenes estadounidenses y muy especialmente los universitarios expresaron fundamentalmente su desacuerdo de ir a pelear a la guerra de Vietnam. Los conciertos musicales, el consumo de marihuana y ácido lisérgico y en general el movimiento hippie dejaron una impronta social importante en la sociedad norteamericana.
Los jóvenes franceses imprimieron a sus protestas un alto contenido social y marcharon juntos por las calles de Paris conjuntamente con los obreros y obtuvieron un enorme respaldo popular. El mayo del 68 francés se caracterizó también por su producción filosófica, poética y artística en general.
En México, la protesta juvenil derivó rápidamente en demandas de apertura política y democratización de la vida pública. Si se revisan las demandas del pliego petitorio del movimiento estudiantil, este no contiene demandas académicas, se pide alto a la represión, castigo a los responsables, libertad a los presos políticos que tenían una década en prisión por encabezar una insurrección obrera por mejoras salariales, derogación de tipos penales que prohibían la disidencia y, en general, por la apertura del férreo sistema de control político.
La juventud mexicana irrumpió con desparpajo, alegría e inyectó frescura a una sociedad acostumbrada a callar y obedecer —con sus excepciones— debido al clima represivo, autoritario y dictatorial del ejercicio del poder omnímodo impuesto por el viejo sistema político mexicano.
¿Que hizo diferente el 68 mexicano a los movimientos de otros países del mundo?
La salvaje y brutal respuesta del gobierno que prefirió las balas y las bayonetas al dialogo. Se suplió el debate inteligente, la confrontación de argumentos, el “entender a los muchachos” por la feroz respuesta de primate. En estos próximos días leeremos crónicas puntuales de los diferentes hechos, como: el bazucazo a San Ildefonso; el arriamiento de la bandera en CU en señal de duelo por la violación a la Autonomía Universitaria, presidida por el rector, ese gran hombre, ese gran mexicano, don Javier Barros Sierra. Las tomas de las instalaciones del Politécnico y de la UNAM.
El apoyo en todas las universidades del país a la huelga estudiantil, singularmente en Chapingo, Y no puede dejar de recordarse cómo los jóvenes fueron apoyados por sus padres y la sociedad en su conjunto. El respaldo popular impresionante comenzó a poner nerviosos a quienes tenían el poder, que comenzaron a imaginar complots del extranjero, de los comunistas mexicanos y hasta adelantado en la sucesión presidencial.
Para muchos el movimiento se zanjó con la barbarie del 2 de octubre en Tlatelolco y la realización pacifica de los Juegos Olímpicos. La realidad es que la brutal respuesta del régimen potenció las guerrillas rurales y el surgimiento de las guerrillas urbanas, que casi una década después seguían actuando en nuestra patria.