La cara lo expresa todo. Si uno ve la foto de Sarah Huckabee Sanders, quien es la vocera de la Casa Blanca, puede verse claramente la molestia de la administración Trump por la reciente propuesta de Andrés Manuel López de Obrador de dar una “carta abierta” a quien será su secretario de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para solucionar el tema de los narcóticos, incluyendo su posible despenalización.

“No apoyaríamos la legalización de todas las drogas en ningún lugar , y ciertamente no querríamos hacer nada que pudiera permitir que más drogas entraran en nuestro país”, dijo Huckabee en una conferencia de prensa.

Esta fue la reacción directa a la declaración hecha por Sánchez Cordero, quien presumió de contar con todos los recursos disponibles para resolver el problemas de las drogas, específicamente de la mariguana y la amapola, con tal de lograr un pacificación en el país, así como la disminución de la violencia por parte del crimen organizado y las bandas narcotraficantes.

Aunque no aclaró cómo lo haría, señaló que Andrés Manuel “no descartará ninguna vía para lograr la pacificación del país, entre ellos la despenalización de las drogas.

Sanders puso en la mesa la carta del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) del que dijo que se han realizado muchos avances en las conversaciones con México para lograr un convenio bilateral. Por supuesto que esto dio pie para presuponer que todo se echaría a la borda si México despenaliza las drogas, un aspecto que Estados Unidos considera dentro de sus preocupaciones estratégicas.

A su vez, Trump reconoció haber sostenido conversaciones “muy buenas” con el equipo de López Obrador sobre el posible “acuerdo comercial” bilateral.

“Con México nos está yendo muy bien. Hemos tenido conversaciones realmente, realmente buenas con ellos, y puedo decir que las cosas están bastante avanzadas y nos seguimos acercando”, continuó el mandatario.

Aunque ciertamente en Estados Unidos, al menos nueve estados y la ciudad de Washington han virado por esta opción de despenalizar el uso recreativo de la mariguana, su equipo gubernamental, sobre todo, el fiscal general Jeff Sessions, mantiene su posición de hacer cumplir la legislación federal que establece que el uso de mariguana es ilegal.