Una vez que se detallan más los resultados de los últimos comicios y se consolida la magnitud del apoyo ciudadano al nuevo régimen, este crece en legitimidad, pero paralelamente se magnifica la responsabilidad de estar a la altura en que las circunstancias históricas lo han colocado. Resulta muy esperanzador y, como lo hemos dicho antes, es una muestra de madurez democrática la respuesta que tanto las fuerzas políticas derrotadas, como el detentador actual del poder, han tenido, unos para reconocer su derrota en las urnas y el otro para iniciar una transferencia ordenada, tersa, transparente del gobierno federal.

Algunas voces disruptivas irrumpen para intrigar con que el actual presidente de la república está entregando anticipadamente los hilos del poder; nada más falso, lo que existe es un espíritu republicano de respeto a la voluntad del pueblo expresado en las urnas, que está siendo acompañado de una actitud responsable de informar e iniciar un proceso de transición civilizado.

Hoy parece que olvidan hasta las reglas no escritas del viejo sistema político mexicano, en las cuales, el nuevo sol iniciaba su crecimiento y el presidente saliente comenzaba a quedarse solo. Algunas de las novelas de Spota y la muy famosa del “solitario de Palacio” retratan el largo interregno entre las elecciones y la toma de posesión del nuevo presidente, en el cual uno comienza a brillar y otro se apaga lentamente.

Más recientemente y también lo olvidan convenientemente, la transferencia entre quienes llegan y los que se van se realiza institucionalmente, se les entregan al nuevo equipo incluso recursos financieros para los gastos del equipo de transición, que por cierto en el caso de Vicente Fox no se comprobaron debidamente.

Lo que los observadores están comenzando a criticar con razón o sin ella son la lluvia de declaraciones o realización de acciones que podrían iniciar un proceso de erosión del nuevo gobierno o de algunos de los nominados al gabinete. La discreción y la moderación son importantes en política.

La nueva alternancia comenzará a dejar su marca con la integración del Congreso. La composición de ambas cámaras; sus correspondientes juntas de coordinación política integrada por los líderes de cada formación política representadas, las juntas directivas;  la definición de agendas legislativas de cada bancada;  la integración de comisiones y en términos generales el pleno funcionamiento del Poder Legislativo.

Los temas torales serán la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2019, qué impuestos se modificarán; cómo se reorientará el gasto público; si enviará el nuevo Ejecutivo las dos iniciativas preferentes, y si lo hace, sobre qué temas; si requerirán de reformas constitucionales y cómo deberán construirlas y consensarlas.

Por encima de las turbulencias instaladas básicamente en las redes sociales que buscan cuestionar, confrontar y  erosionar el nuevo gobierno por supuestos incumplimientos a las promesas de campaña, debe privar un ambiente de reconciliación y  concordia. Unos todavía no llegan, otros aún no se van. Hay que respetar los tiempos y por encima de todo conducirnos con institucionalidad.

Los mexicanos queremos vivir en paz, en un Estado de derecho democrático pleno de libertades.