Por Jorge Alonso Espíritu

 

[su_dropcap style=”flat” size=”5″]L[/su_dropcap]a muerte del padre es el incidente que pone en marcha la historia de Desobediencia, la nueva cinta de Sebastián Lelio, y tercera película del chileno que discurre en torno a la feminidad que resiste a la opresión sistemática; filme que aparece apenas un par de meses después que su antecesora, la ganadora del Oscar a mejor película extranjera, Una mujer fantástica.

Como en esa cinta, es el duelo el medio que Lelio elige para retratar la fuerza de sus mujeres. Si en la anterior el mundo se derribaba tras el fallecimiento de la pareja y el rechazo de una sociedad laica pero conservadora –la chilena-, en esta nueva historia los ingredientes se radicalizan, el padre muerto no sólo es parte del grupo que margina, sino su centro: es el rabino de una comunidad judía ortodoxa de Londres. Al enterarse la protagonista, una fotógrafa radicada en Nueva York de nombre Ronit Krushka, interpretada por Rachel Waisz, rasga sus vestiduras y decide regresar a la comunidad, que abandonó hace tiempo y reencontrarse con ese mundo, lleno de reglas, tradiciones, dogmas y misticismo.

El encuentro no es fácil, y supone un choque cultural predecible. Cuando se reúne con sus dos mejores amigos de infancia, el ahora rabino Dovid y su esposa Esti, se instala una incomodidad que está anclada en el tiempo: ambas mujeres poseen una historia de amor intensa y claro, prohibida. Comienza una lucha en el interior de los tres personajes que componen un peculiar triangulo que reflexiona sobre la libertad, la moral, la fidelidad y el amor.

Por supuesto, todos los ingredientes se acomodan alrededor de la religión y la tradición. Lelio toma partido de inmediato -como lo hace en sus trabajos anteriores-, pero el aparente retrato sin concesiones de la comunidad judía se matiza de forma inteligente. La religión no es el enemigo, aunque produzca las reglas que dominan el mundo de Dovid y Esti, aunque reprima, aunque la institución anule a las personas.

Los símbolos que refuerzan la narrativa de Desobediencia son seleccionados con cuidado. Las pelucas kosher, los candelabros, el arte de la fotografía de Ronit, los paisajes y los planos interiores de la sinagoga nos ayudan a comprender ese mundo que a muchos puede resultar extraño, y entonces los dilemas, la indecisión, el dolor, transmutan en verdadera angustia. Habrá quien piense que el director peca de exceso de tristeza, pero ¿cómo podría ser de otra forma?

En ese ambiente la sexualidad, contraparte discursiva de la religión –aunque los extremos se tocan de forma elemental y atinada- es a la vez liberación y norma, euforia y melancolía. La mezcla de emociones produce erotismo puro. El tema sobrepasa la homosexualidad, aunque sea un componente indispensable.

Con esta cinta de actuaciones profundas -complementan Rachel McAdams y Alessandro Nivola- , Lelio consolida una propuesta firme sobre la fuerza de la mujer y la necesidad de romper barreras sociales que se han erigido en torno a ellas.

Permanencia voluntaria: Gloria

La cinta que inaugura esta trilogía, Gloria, se encuentra disponible para su visualización en el servicio de streaming FilminLatino. Gloria tiene 58 años y es soltera. Por las noches busca el amor fiestas para solteros adultos, entonces conoce a Rodolfo, un hombre de 65 años, recientemente separado, que se obsesiona con ella.