En más de una ocasión, el candidato ganador de la pasada elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, ha rechazado la protección del Estado Mayor Presidencial (EMP), incluso propuso que dicho cuerpo se reintegrara al Ejército y su lugar fuera ocupado por una nueva organización, como se expuso en la edición anterior de Siempre!

Estas declaraciones trajeron de vuelta a la memoria episodios que tuvieron lugar en una anterior campaña presidencial, en la cual el candidato se negaba a la seguridad que brindaba este organismo, incluso teniendo enfrentamientos con quien estaba a cargo del personal del EMP, con el argumento de que quería estar cerca de la gente, que esta lo quería y que nada le iba a pasar.

Testigo de estos acontecimientos en virtud de haber sido abogado de Diana Laura Riojas de Colosio, el reconocido abogado penalista Juan Velásquez comparte con este medio lo que conoció y lo que ha traído para él que el próximo presidente del país desdeñe a los militares, así como las consecuencias que podría tener. Cedemos la palabra al jurista, quien relató algo que debe tomarse en cuenta en la actualidad.

Candidato enfrentado

“Vale la pena recordar que cuando se designó candidato a Luis Donaldo Colosio, surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entonces el presidente Salinas de Gortari designó a Manuel Camacho Solís para que sirviera como intermediario con dicho movimiento para solucionar el problema; por esa designación hubo confusión para muchos, quienes pensaron que se podría cambiar a Colosio por Camacho, al grado de que Salinas salió a decir ‘no se hagan bolas, el candidato es Colosio’.

“Esa actitud de protagonismo de Camacho hizo que la campaña de Colosio no tuviera ese ímpetu que él hubiese querido en cierta etapa, eso provocó que el candidato enfrentara a quien era el delegado del EMP, encargado del cuerpo de seguridad comisionado para protegerlo. El candidato repudiaba a dicho cuerpo de custodia, repudiaba al encargado, el general Domiro García Reyes, diciéndole ‘no entiende que no quiero que me cuiden, váyanse, déjenme estar cerca de la gente’.

“El EMP no habría permitido el evento en Lomas Taurinas porque era una trampa, sin embargo, Colosio se impuso, el evento se realizó con el resultado trágico que todos conocemos: haber sido asesinado por Aburto.

“¿Aburto era un enemigo de Colosio? No, no lo era, ni siquiera lo conocía, no tenía algo en su contra, pero se le ocurrió asesinarlo y por esa falta de seguridad sucedió el crimen. Ahora, el candidato ganador, López Obrador, dice que no quiere al EMP, pero no dice por qué, si es porque cuesta mucho; me pregunto si no cuesta más la vida del presidente de México, para su estabilidad.

La gente lo quería

“Andrés Manuel López Obrador va a dejar de ser López Obrador, va a ser el presidente de México y como todos los mandatarios tiene una protección, qué mejor que sea una con elementos de élite, con personal especializado como el EMP, porque, insisto, no es nada más que lo cuiden, sino que tienen información sobre un grupo radical en la zona que va a visitar el presidente y que pudiera atentar en su contra, por lo que se monta seguridad desde días antes.

“Otra consideración. López Obrador dice: a mí la gente me quiere, me cuida; es obvio que la mitad de la gente lo quiere, pero y la otra mitad que no votó por él, aunque pudiera ser respetuosa de la investidura presidencial, hace que me pregunte si a Colosio la gente no lo quería, si a Kennedy —el presidente más popular de Estados Unidos— la gente no lo quería; otro ejemplo de un ídolo, John Lennon, ¿y no llegó un fanático y por congraciarse con alguien lo mató?, el atentado en contra de Ronald Reagan por un desquiciado que buscaba sobresalir y casi lo mata; en Suecia, Olof Palme fue asesinado cuando iba en su bicicleta, a Indira Gandhi, y el ejemplo mayor de todos, Juan Pablo II a quien el mundo veneraba, todo el mundo lo quería y Mehmet Ali Agca casi lo mata, otro caso fue el de Robert Kennedy.

“No es posible que el señor presidente no esté expuesto a la gente que lo ama, sino a personas que por algún motivo, hasta lunáticos, quieran atentar en su contra; además hay que considerar que México vive inmerso en la delincuencia organizada, esta ha matado a más de cien políticos, a candidatos a gobernador, al exgobernador de Colima, a Francisco Ruiz Massieu, al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, si dijéramos que vivimos en Suecia…, pero tampoco, porque tenemos el ejemplo de Olof Palme.

“Me parece que es una medida de un altísimo riesgo, en tanto que el clima de inseguridad que se padece en el mundo y en México, así como el hecho de que López Obrador va a representar a México al ser su presidente, entonces deshacerse de un cuerpo élite que viene desde la Independencia, que tiene la más alta calificación en cuanto a seguridad y logística, no es bueno.

“Dice López Obrador que solo los funcionarios que tengan que ver con la seguridad tendrán guardaespaldas, está bien, pero los demás altos funcionarios también podrían ser víctimas de atentados, de secuestro, incluso a sus familiares; no es un capricho, no es una cuestión de popularidad, es una cuestión de seguridad nacional, la integridad del presidente de la república es asunto de seguridad nacional”.

Los nuevos encargados de la seguridad presidencial

Otra faceta de los hechos recordados por Juan Velásquez, también incluyen a quien fuera cercano a Luis Donaldo Colosio y que en el futuro gabinete presidencial ocupará un lugar central en el esquema de seguridad propuesto: Alfonso Durazo.

De él, nuestro entrevistado señaló que al ser abogado de Diana Laura Riojas de Colosio pudo conocer detalles no solo del caso, sino de la relación entre el equipo del candidato y el personal de seguridad.

“Luego del asesinato ella le pidió que se encargara de ayudarle en los temas de la investigación del asesinato, por eso me enteró del enfrentamiento entre Colosio y Domiro García Reyes, y hay que recordar que una de las personas más cercanas, quizá la más cercana, era precisamente Durazo; si al final de cuentas asesinaron a Colosio, ahora qué se podría esperar, y no es que a López Obrador no lo quiera la gente, el asunto no es de querencias, sino que basta con uno que no lo quiera para que le haga daño. El EMP siempre ha respondido al presidente como comandante supremo, pero me pregunto que tan apto es cualquier presidente en temas de seguridad o logística; por supuesto que no, debe apoyarse en especialistas.

“Es verdaderamente sorprendente la calidad y capacidad del EMP, entonces cuál es la necesidad de sustituirlo por civiles, sin saber quiénes, cuántos, con qué antecedentes, preparación, recursos… en verdad no le encuentro el sentido, como tampoco se lo encuentro al fin de la inmunidad de los altos funcionarios en el actual clima de inseguridad con la delincuencias organizada y cuando no se puede excluir la acción de un asesino solitario como en los casos de Lennon o el papa”, evaluó Velásquez.

En defensa del EMP

Para Juan Velásquez, el EMP es un cuerpo especializado que no se puede disolver sin considerar las implicaciones de su desaparición. Sustituirlo podría ser más caro, en términos de seguridad y logística, de lo que se cree.

“La Constitución, en el artículo 89, fracción VI, designa al presidente de la república como comandante supremo de las fuerzas armadas; el Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de militares, se encarga de la seguridad del presidente y de sus actividades. El EMP tiene su origen en el año de 1824 con Guadalupe Victoria, y, desde entonces, aunque con distintos nombres, ha existido. En 1942, Manuel Ávila Camacho lo convirtió de ayudantía a Estado Mayor Presidencial y con Fox se expidió el reglamento que lo define como órgano técnico encargado de la seguridad y para facilitar las actividades de la presidencia”, explicó.

También se refirió al hecho de que se trata de un cuerpo de seguridad que ha brindado seguridad a visitantes extranjeros, como ha sido en los casos de las visitas del papa, pues como aseguró Juan Velásquez “nadie está exento de un iluminado o, peor, un interés delincuencial”.

“Está constituido con militares de élite, escogiendo de las fuerzas armadas a los mejores y se les asigna al EMP, para encargarse de una tarea mayor, la seguridad del presidente, con los valores militares de lealtad, profesionalismo, honestidad y discreción; no son paramilitares; organizado de tal manera que tiene traductores, especialistas en seguridad, expertos en detección de explosivos, se encargan también de la información que previene eventos que implican alguna inseguridad, de la logística, incluso de sus necesidades médicas, con recursos para llevar a cabo su tarea capacitándose continuamente, por lo que es considerado uno de los diez mejores en el mundo”, completó nuestro entrevistado.

El abogado recordó el papel que dicho cuerpo ha desempeñado en el marco de visitas de mandatarios del extranjero a México, en las cuales la logística se coordina entre el EMP y los cuerpos de seguridad de otras naciones, además de las visitas de Estado que el mandatario mexicano realiza a otros países.

“Deshacer una institución centenaria y altísimamente calificada, para mí pone en riesgo la integridad del presidente de México y es muy grave”, añadió.

Asimismo, consideró que las propuestas de campaña deben quedar atrás para pasar a una real evaluación de los cambios que son necesarios, y separar lo que podría provocar en realidad efectos negativos.

“Que bueno que lo haya dicho para tener mayor popularidad, pero una cosa es declarar para buscar votos y otra hacer como presidente, para exponerse. Vamos a considerar esto, en relación con la desaparición del fuero. Este concepto se debe ver como jurisdicción, por ejemplo, en qué fuero van a juzgar al narcotraficante, pues en el federal, y a un asaltante de bancos, en el fuero común, así el fuero más bien es inmunidad y, entre otros motivos, tiene el objetivo de que al alto funcionario no se le interrumpa en las actividades de su alto cargo; si estos funcionarios no tienen inmunidad y, dada la judicialización de la política que provoca que todo el mundo se acuse en las procuradurías, qué va a pasar con esos altos funcionarios, pues un secretario de Estado que tuvo un incidente automovilístico o que haya sido demandado por cualquier motivo no van a realizar sus actividades por atender este tipo de asuntos judiciales”, explicó nuestro entrevistado.

En este contexto, continuó Juan Velásquez, se debe considerar que la función pública no se puede detener por este tipo de cuestiones.

“El presidente no es igual a todos, porque es un alto funcionario y el hecho de que quiera ser como cualquiera no tiene sentido” completo.

@AReyesVigueras