El número de homicidios así como el despliegue militar para contener la violencia del país rompió récord en la administración de Enrique Peña Nieto. En 2011, durante el gobierno de Felipe Calderón, el año más violento, se emplearon 52 mil 690 efectivos en promedio mensual para hacer frente al crimen organizado en Chihuahua, Nuevo León, Guerrero, Tamaulipas, Sonora y Guanajuato.

En 2013, en la administración de Peña Nieto se redujo la cifra de manera drástica a 34 mil 529 elementos mensuales, la mayoría situados en Tamaulipas, Nuevo León, Guerrero, Chihuahua, Michoacán y Guanajuato, esto como una nueva estrategia de seguridad.

En el año en curso, el líder del Ejecutivo se vio obligado a sacar de los cuarteles a 54 mil 980 militares para intentar frenar la ola de homicidios. De acuerdo con cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), mayo se convirtió en el mes más violento en la historia reciente de México por el número de asesinatos desplazando a mayo de 2011, que fue el año más violento del sexenio pasado con 2 mil 108 homicidios dolosos.

Al termino del gobierno de Felipe Calderón se contabilizaron 102 mil 327 carpetas de investigación por homicidio doloso; mientras que con Peña Nieto se contabilizaron hasta el último día de mayo 109 mil 550.

Actualmente, el despliegue militar se encuentra en 20 entidades: Hidalgo, el Estado de México, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, Colima, Jalisco, Nayarit, Puebla, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Quintana Roo, Chihuahua, Guanajuato, Coahuila, Querétaro y Michoacán, reveló la Sedena.

Desde el sexenio de Calderón, las Fuerzas Armadas han pedido al Congreso a reformar la Ley de Seguridad Interior. Desde el 2000, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que los efectivos militares actuar como auxiliares de las autoridades civiles en la lucha contra la delincuencia, sin embargo, los soldados no tienen seguridad jurídica en las operaciones, en las que han escalado las violaciones a los derechos humanos.