Leah es una niña estadounidense, hija de padres indocumentados, que ha hecho escuchar su voz en el país norteamericano en lo que al asunto migratorio se refiere. En concreto, en lo relacionado con la separación de miles de niños de sus padres en aplicación de la ley migratoria que puso en marcha Donald Trump y que el presidente de Estados Unidos se ha visto obligado a matizar, por la presión social, política y judicial que se desencadenó.

Pues bien, Leah ha concedido una entrevista en la que ha refutado el discurso emocionado que otorgó peso a su testimonip. Entonces, como ahora, explicó durante una manifestación en Washington la injusticia que cree que supone la separación de familias inmigrantes en la frontera. La fuerza y el sentimiento de sus palabras, de no más de seis minutos, generaron la emoción de los presentes y los focos de la prensa internacional.

“Me siento muy triste de pensar en esos niños sin sus padres. Un día me puede pasar a mí: que vengan y se lleven a mi mamá“, confiesa la niña que padres nicaragüenses, que tuvieron que emigrar hace más de 10 años. Cuando ella cumplía ocho comprendió que sus progenitores no tenían documentos y desde entonces vive con miedo a que sean deportados y tenga que afrontar la soledad. “Estaban buscando un mejor trabajo, y querían estar en paz y seguridad porque en su país había muchos problemas”, arguye.

Ella y su hermana estaban protegidas por la derogada DACA

Tanto ella como su hermana han estado amparadas por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), contra el que Trump ha detonado todas sus políticas hasta deshacerlo. Leah, que participó en la multitudinaria Marcha de Mujeres de 2017 por miedo a ser alejada de sus padres, describe esa manifestación como uno de los momentos más importantes de su existencia. “Ese día me sentí valiente”, narra sobre la fecha, en Miami, en la que descubrió el empoderamiento de las protestas.

A partir de ese punto insistió en participar en más manifestaciones a favor de los indocumentados. En su búsqueda localizó la organización Familias Unidas, No Divididas (Families Belong Together, en inglés), un movimiento al que ha decidido decidar mucho de su tiempo. Saldría las calles para defender a los “soñadores”, como se conoce a los beneficiados como su hermana con DACA, en contra de los “ataques” del Gobierno de Trump, explica.

“Los niños no deben sentirse inseguros”, proclama una menor de edad que se atormenta al pensar lo que deben sentir los cientos de menores separados de sus padres. Tras recalcar que ella padece el mencionado miedo desde hace cuatro años, sintetiza que ha viajado a la frontera para dar mensajes de apoyo a los niños recluidos en un centro de procesamiento en McAllen, Texas antes de unirse a la protesta de Washington en la que tomó la palabra.

No abandonará a su activismo en defensa de los niños y la no separación de sus padres

En esa marcha, de junio, compartió con todos ese miedo. Desnudó sus sentimientos y, entre lágrimas, lanzó el siguiente mensaje: “¿No saben cuánto amamos a nuestras familias? ¿No tienen una familia también? ¿Por qué no se preocupan por nosotros los niños?“. En la entrevista expone que ha guardado silencio sobre estos asuntos en su escuela, porque no sabe “como van a reaccionar” sus compañeros. Y cuando se le menciona que a su edad no salen esos discursos se muetra tajante.

No me están entrenando, a mí todo me sale del corazón“, restalla Leah, quien tiene el proyecto de ser bailarina cuando sea mayor de edad. Pero no piensa abandonar su activismo de momento. “Voy a seguir hasta que todos los niños estén con sus padres en su casa, en paz, sin miedo”, se despide.