Javier Vieyra y Jacquelin Ramos

A lo largo y ancho de sus 686 hectáreas, el Bosque de Chapultepec resguarda algunos de los lugares más icónicos  de la Ciudad de México; son reconocidos por todos los ciudadanos el Museo Nacional de Historia, los lagos artificiales y el zoológico, uno de los más visitados en el mundo.  Sin embargo, en un espacio con la extensión de la gran mancha verde es imposible que no se escondan, dispersos, diferentes sitios emblemáticos que muchas veces pasan desapercibidos al grueso de los visitantes y que  ven pasar en silencio una indiferencia que no sólo los vuelve invisibles sino también vulnerables. La plaza del Quijote, la fuente de las Ranas, la Calzada de los Poetas, algunos riachuelos, la Plaza Juan Escutia y muchos otros lugares de enorme simbolismo histórico se encuentran en un estado de olvido y deterioro que se agrava con la falta de seguridad y el vandalismo que han sufrido en los últimos años.

Como un órgano consultivo de los gobiernos federal y de la capital, el Consejo de la Crónica de la Ciudad de México (CCCM) conjunta a los más prominentes intelectuales y miembros de la sociedad civil con el objetivo de defender y preservar el patrimonio histórico de la urbe, razón por la que la salvaguarda del Bosque de Chapultepec se encuentra dentro de los objetivos de esta institución fundada por Guillermo Tovar de Teresa, extraordinario defensor del legado de los siglos en nuestro país .

Testigo y actor

En entrevista exclusiva para Siempre!, Román Sánchez Fernández, actual presidente del CCCM, resalta la importancia de priorizar en el rescate y defensa del Bosque de Chapultepec, pues se trata de uno de los recintos más antiguos y trascendentales en la memoria de México.

“El Bosque de Chapultepec es uno de los guardianes de la memoria mexicana.  Su protagonismo se remonta a tiempos muy remotos, siendo considerado un lugar sagrado por excelencia en la época prehispánica; posteriormente, continuó siendo igualmente significativo en los años virreinales, el México independiente y hasta nuestros días su vigencia puede corroborarse cotidianamente”.

Para Sánchez Fernández, el Bosque de Chapultepec ha sido testigo y actor primordial de la historia mexicana, y de ello pueden dar cuenta, por ejemplo su representación en diferentes expresiones de las artes como el bello retrato que de él hiciera Juan Gómez de Trasmonte en el siglo XVII a través de su Forma y levantado de la Ciudad de México 1628 o las bellas  menciones que tuvo en la pluma de Francisco Cervantes de Salazar, considerado el primer gran cronista de la metrópoli novohispana. Los lugares que ahora bien podrían llamarse secretos dentro del Bosque muchas veces tenían cabida y reflectores en estas obras, tal es el caso de los arcos del acueducto, ahora tan maltratado, que proveía de agua a los habitantes de la ciudad y el Molino del Rey, destinado desde los años posteriores de la Conquista a la producción de harina, pionero de la industria en América y del que dejó constancia el paisajista Luis Coto.

Aunque, asegura el académico, el mundo moderno también se encuentra representado con diferentes esculturas, calzadas, plazas y fuentes que, sin diferenciarse de sus congéneres antiguos, padecen de la misma manera los embates de la erosión y la apatía de autoridades y ciudadanos por igual.

“Uno de los puntos de mayor gravedad cuando hablamos de la preservación de estos espacios dentro de Chapultepec es que el patrimonio no se encuentra catalogado debidamente. Existen diferentes jurisdicciones como la del INHA, el INBA y el Gobierno de la Ciudad de México que tienen diferentes limitaciones y existe también falta de coordinación; ello se encuentra también ligado a la corrupción y al vandalismo”.

Román Sánchez Fernández.

Labor de concientización

Al explicar la problemática de los malos manejos por parte de instancias como la Secretaría de Obras Públicas y la Secretaría de Medio Ambiente, el cronista indica que si bien el Bosque de Chapultepec ha sido un punto de referencia para la traza y el desarrollo de 85 colonias de la ciudad, el respeto a sus límites y conservación ha sido letra muerta para otorgar concesiones y contratos a diversas constructoras.  Por otra parte, también ha sido señalado la falta de lineamientos formales contra la destrucción ambienta y el vandalismo por lo que resulta difícil enfrentar estos casos, siendo este último el más dañino a corto plazo para el patrimonio.

“El vandalismo no es una situación reciente, a lo largo de la historia de México las constantes pugnas políticas y las luchas, sea por espacios o por ideas, ha mermado de manera considerable nuestros tesoros del pasado. Es como, lo decía Rafael Tovar y de Teresa, una constante tendencia a la autodestrucción del mexicano, de destruir lo que le es contrario aunque eso represente la otra mitad de nuestra identidad. Todo ello es producto también de la ignorancia; si alguien no conoce el valor de los monumentos no le importará en lo absoluto romperlos, rayarlos o robárselos como pasó con la fuente del Quijote.”

Haciendo frente a la situación, el CCCM se ha pronunciado por realizar diferentes acciones que concienticen a  gobernantes, empresarios y sociedad civil para hacer notar que los puntos más visitados o conocidos del Bosque de Chapultepec no son los únicos que valen la pena visitarse y protegerse.

En ese tenor, Sánchez Fernández explica que uno de los puntos neurálgicos de sus propuestas es la urgencia de catalogar de manera completa el patrimonio y contar con un protocolo de conservación del mismo.

Escuchar propuestas y trabajo conjunto

En otro frente, el CCCM se ha planteado exigir que no se otorguen permisos a construcciones que atenten contra el legado tangible e intangible de la ciudad, así como analizar los contratos otorgados hasta ahora y anularlos de incumplir las determinaciones de protección: “Les hemos exigido que en todas las áreas técnicas sean consultadas con especialistas para evitar un ecocidio y un vandalismo institucional“, asevera el especialista.

Para concluir, Sánchez Fernández indica que los nuevos gobiernos que habrán de iniciar su administración a finales de 2018 tienen la obligación de escuchar propuestas y trabajar hombro a hombro con todas las instancias para rescatar los baluartes escondidos del Bosque de Chapultepec: “Es un deuda para con nuestro pasado y una responsabilidad para el presente y futuro”.