[su_dropcap style=”flat” size=”5″]E[/su_dropcap]l predio ubicado en Chihuahua 216, en la colonia Roma de la CDMX, se ha convertido en un recinto para la fe. Afuera de la casa de transición de Andrés Manuel López Obrador desfilan no sólo altos funcionarios nacionales y extranjeros, periodistas y mensajeros, también lo hacen cientos de personas que buscan tener contacto con el próximo presidente de México. Vienen cargados de penas y peticiones; éstas resultan tan diferentes como la resolución de conflictos catastrales, atención médica o la publicación de un libro. Pero hay algo que unifica a la gente que acude a este lugar: ha perdido la esperanza en las instituciones y ahora deposita toda su fe en AMLO.

Ayuda para enfermos y discapacitados

La escena tiene algo de bíblica: Jonathan Guillermo García Fuentes vive en Ecatepec, Estado de México, y es discapacitado. Camina con dificultad mientras trata de abrirse paso entre la avalancha de periodistas que espera a las puertas de la casa de transición. Tiene 25 años y, además de su problema motor, una mirada estrábica. Ha concluido la carrera de comunicación en la UNAM, pero de poco le ha servido: los empleadores, dice, se niegan a darle trabajo cuando lo ven. Sabe que no es su responsabilidad, pero cree que si puede ver a López Obrador, él puede auxiliarlo para conseguir empleo. Nada pierde con intentarlo, piensa, y recuerda las promesas que el entonces candidato hizo durante la campaña: ayudar a la gente con capacidades diferentes.

Recibos de agua de más de mil pesos

Aunque sólo decirlo indigne, a Jorge Pintor Martínez le cobran por trabajar. Lo hace como “viene viene” en un estacionamiento de la delegación Gustavo A. Madero. Por el derecho a laborar paga 50 pesos diarios. Vive desde hace 60 años en un predio de la colonia Nueva Atzacoalco, famosa porque allí ocurrió la tragedia del News Divine. A pesar de que siempre paga su predial, hace poco le dijeron que su terreno no está registrado. Además, su recibo de agua llega de más de mil pesos, demasiado para un uso doméstico, sobre todo comparado al de sus vecinos, que siempre llega debajo de los 200 pesos. Fue a las oficinas de CONAGUA donde, dice, sólo se burlaron de él.

“Ya he gastado bastante dinero. No tengo ninguna ayuda económica: no tengo pensión ni prestaciones. No puedo pagar esos recibos, sólo endeudarme y nunca terminar de pagar”.

Reforma educativa a medias

El grupo vestido con camisetas blancas está compuesto por profesores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal. Trabajan por honorarios y, contrario a lo que pasa en un empleo común, a ellos les han ido bajando el salario con el paso del tiempo. Como muchos maestros, y a pesar de lo que dice la propaganda de la Reforma Educativa, no reciben prestaciones. Este año, tras el temblor precarizaron aún más su salario: no recibieron pago por los días que suspendieron clases, tampoco aguinaldo y les retrasaron los pagos de octubre, noviembre y diciembre, además se han negado a basificarlos. Hace unos días entregaron un documento al licenciado López Obrador y hoy le traen un segundo, donde actualizan su situación y cuentan la historia de su organización.

Escritoras sin editorial

Eloísa Vázquez Sierra tiene 52 años. Viene con su hermana Berta para entregar una petición inusual al próximo presidente: apoyo para publicar sus libros. Dicen que cuando el licenciado Andrés Manuel era Jefe de Gobierno acudieron a él para mostrarle el libro de los cuentos de Berta. En el CONACULTA rechazaban el texto hasta que López Obrador lo revisó e hizo la carta directamente al Consejo de Cultura. El cuento, dicen, fue revisado y  aceptado. En su bolsa traen tres novelas, dos libros de poemas y un libro de relatos infantiles.

Llegaron tiempos mejores

Florencio del Ángel viene con su familia a felicitar al “señor López”. Rebosa alegría por el triunfo del candidato de Morena. De paso, aprovechará para pedirle que les “eche la mano” para que le den un trabajo a su hija, que se acaba de graduar de ingeniera. Su problema es el que tienen infinidad de recién graduados: a donde quiera que va le piden experiencia, y cómo la va a tener si no le dan empleo. Don Florencio afirma que ha puesto la fe en este señor. Es su seguidor desde que lo conoció como político. Trabaja como voluntario en las vías del tren en Cuautitlán, dando el paso a los vehículos. Cree que llegarán tiempos mejores.

Envejecer con los mismos problemas

Concepción Lemus tiene un problema desde hace más de 30 años: la escrituración de una casa comprada durante los años 80. “Fue una compra-venta particular y me dieron todos los documentos, cuando quise hacerlo legalmente con un notario me dijo que no podía, que tenía que ir a la delegación territorial de Tlalpan, allí me dijeron que sí, pero llevan 30 años y ni pa´ atrás ni para delante. Ya envejecí y nada”. Conchita asegura que le tiene mucha fe y confianza a López Obrador, porque cuando era Jefe de Gobierno se lo encontró y a diferencia de cualquier otro político, se detuvo a saludarlos. Cree que es el motivo por el que tanta gente se siente cercana a él.  

Indígenas despojados

Martin Gómez Pérez y los hermanos Marcelino y Jacobo Pérez Pérez son indígenas otomíes, ejidatarios de Santiago de Anaya, Hidalgo. En su rostro lucen cansancio y desesperación. Vienen a entregar una petición de un juicio agrario: su ejido se tomó de forma arbitraria, ventajosa y engañosa por el gobierno de hidalgo y asociaciones de campesinos. Buscan una justicia que se les ha negado por años. Para ver al próximo presidente viajaron cuatro horas. A ninguna institución le tienen confianza porque “aquí hubo contubernio con el gobernador, con todas las autoridades, y tenemos un amparo donde se echó abajo todo y nadie nos ha querido hacer justicia”.

10 horas para ver a la Esperanza de México

Miriam y María del Rayo Pérez salieron hace más de 10 horas de su casa en Xalapa. A diferencia de la mayoría de personas aquí, ellas son profesionistas tituladas y con empleo. Una es Maestra en Seguridad Alimentaria y la otra estudiante del Doctorado en Innovación Educativa. Vinieron porque tienen la expectativa de sumar esfuerzos con AMLO, brindarle apoyo y decirle que en muchas partes del país puede contar con gente que se suma a su proyecto, incluyendo a esta familia.

Están muy contentas. Dicen que Veracruz ha sido un estado lastimado por el régimen priista y panista: “Tenemos muchas expectativas y pensamos que aunque una sola persona no puede cambiarlo todo, si puede hacer un punto de inflexión; a pesar de lo polémico que han sido en algunas situaciones”.

Un abrazo del licenciado

Esperanza Reyes de Huerta, de 94 años, está feliz hasta las lágrimas. Hoy es día de su santo y protagonizó un momento conmovedor ante la prensa: López Obrador la llamó para darle un abrazo.

“Fue una sorpresa porque no sabía que estaba aquí. Lo hemos andado buscando en otros lados y no he podido abrazarlo. Y ahora sí. Me dijo que lo abrazara y yo, cómo no, le dije que es más o menos igual que mi esposo. Él era así en su vida. Ahora sí que lo abrazo y que me abraza él también”.