El regresó de la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, marcó de una forma incluso dramática el cambio de régimen de gobierno, ya que su inesperada detención por parte de la administración peñista fue calificada como una venganza personal.

Al decir que se va a terminar de tajo la llamada reforma educativa, Elba Esther envió un duro mensaje a los promotores de ese proyecto mal planeado, pues básicamente se trató de una medida persecutoria en contra de los maestros. Y poco se pensó en cómo mejorar la calidad educativa.

Para comenzar a castigar jurídica y políticamente a los responsables de la persecutoria magisterial reforma educativa, Elba Esther iniciará, sin duda, con el mexiquense Emilio Chuayffet Chemor, su enemigo público número uno. Chuayffet primero se prestó para orquestar la defenestración de Gordillo como coordinadora de la bancada del PRI y ocupar ese lugar por instrucciones de Ernesto Zedillo.

Otro blanco del ajuste de cuentas de la maestra será el líder sindical actual, Juan Díaz de la Torre, quien desde un principio la traicionó y jamás se prestó a colaborar con la defensa de Gordillo, ya que incontables veces se solicitó su presencia en los juzgados para declarar sobre el caso y nunca acudió.

En esa línea de ajuste de cuentas está Aurelio Nuño, al que se refirió implícitamente la chiapaneca, cuando dijo que en la reforma se gastaron más millones en publicidad personal que en atender las necesidades del sistema educativo nacional. Con Nuño van en la lista de traidores Otto Granados Roldán y Carlos Salinas de Gortari.

Pero no debemos olvidar al canciller Luis Videgaray, quien fue el encargado de tenderle una “trampa” a la maestra, así lo cuenta Raymundo Rivapalacio en su texto de El Financiero el lunes 21 de agosto:

“La maestra estaba aquél febrero en San Diego y viajaría a Guadalajara para una reunión con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero hizo escala en Toluca a petición del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien le dijo que quería cenar con ella para platicar. Cuando los comandos de la Marina la encañonaron, cayó en la cuenta de la trampa”.

El columnista agrega que Gordillo no tenía una relación fácil con Videgaray, pero las cuentas que tienen pendientes no son solamente por la celada, lo peor es que la maestra considera al entonces secretario de Hacienda el arquitecto de la reforma educativa.

El mensaje de Gordillo tuvo un final de prudente consejera del próximo mandatario Andrés Manuel López Obrador, pues le dijo que debe gobernar con visión de futuro y buscar la reconstrucción de un tejido social, el cual está gravemente dañado por la corrupción de connotados peñistas.

Pero eso no significa que la maestra será operadora durante el gobierno de López Obrador, eso ya lo ha dejado claro el mandatario y su próximo secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán.

Moctezuma tampoco será el operador de la reaparecida, muy a pesar de la amistad que los liga desde hace varios años; la relación será de absoluto respeto e independencia, sobre todo si la maestra consigue retomar el control del gremio más grande de América Latina.